❤️ Cuenta la historia de alguien que trata de decidir entre el trabajo de sus sueños y el amor de su vida.
Caminaba por los tristes pasillos del hospital, observando las caras lagrimosas de los visitantes y los pacientes mientras yo… yo caminaba con mi portasueros, sintiéndome vacía, como si mi única función fuera respirar.Volví a mi habitación, pero me paré frente la puerta al escuchar voces al otro lado.-¿El Síndrome del Corazón Roto? – repitió la voz de mi hermana.-Sí, suele suceder en personas que pasan por una etapa de estrés muy alto como una pérdida. Si tu hermana – el doctor hizo una pausa – Si no cambia de actitud, su corazón puede debilitarse tanto que puede morir.Escuché que venía hacia la puerta, y me arrastré como pude hasta el final del pasillo. El doctor salió de la habitación, pero mi hermana no lo hizo. Después de un buen rato, me decidí a entrar. Entré con cuidado y me senté en una de las sillas, tratando de evitar mirar la cara de mi hermana que bien sabía que sería de total tristeza, o de decepción.Tal vez irme al otro barrio no era tan mala opción.- ¿Cómo estás? – preguntó sentándose a mi lado.-De maravilla, ¿no me ves?-Maravillosamente mal. – dijo sonriendo tristemente. Aparté la mirada al notar que me dolía el pecho de verla así, por mi culpa. – Mira, tal vez no sea la más indicada para decírtelo, pero no creo que él quisiera verte así. De verdad, deberías apreciar el hecho de que tú estés aquí, ahora. – me aguantó la mirada y luego se giró a su bolso. Sacó unos apuntes con mi letra y me los tendió. – ¿Sabes? Siempre fuiste la más inteligente de las dos y te envidio por ello, así que… por favor, vuelve.Las lágrimas que tanto había estado aguantando, cayeron sobre mis apuntes de la noradrenalina. Apuntes de una carrera que me costó sangre y sudor.Y asentí.
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Agnes Marss
Crecí en un pequeño pueblo de la costa de Barcelona. Soy licenciada en Química por la…
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