«Malditos seáis»

Recuerdo cuando podía mostrar todo mi poder, cuando con un solo pensamiento podía teñir todo de blanco, 
cuando al tacto, convertía en hielo todo lo que tocaba. Cuando todos me llamabais el largo y temido invierno.
Ahora todo está cambiando a pasos agigantados, vosotros lo habéis cambiado todo, malditos humanos. 
Yo os maldigo, por y para siempre. Vuestro egoísmo, vuestra avaricia, vuestras malditas guerras, están conduciéndome a la extinción, y lo que es peor, también a la vuestra. Pero lo peor de todo es que encima os da igual, no os importan nada las generaciones venideras, solo os importa el presente, solo os importa el usar y tirar, ya se apañará el que venga detrás. Sé que es así porque os conozco desde siempre, recordad que yo ya estaba aquí milenios antes de que vosotros dierais vuestros primeros pasos. El calentamiento global no solo acabará conmigo, también acabará con vosotros. A mí no me importa mi vida, ya volveré a aparecer en otra era, quizás, vosotros no.
Lo único que sabéis hacer es echaros la culpa del calentamiento los unos a los otros, cuando culpables sois todos, unos más que otros, lo sé, pero culpables en mayor o menor medida.  
Ardiente como el infierno será la daga que os atraviese el corazón, cuando yo ya no pueda protegeros, entonces os
arrepentiréis de cada uno de vuestros actos. Compungidos pediréis mi ayuda a gritos, suplicareis mi vuelta, pero ya no podré. Ya será tarde, muy tarde. Ya no queda mucho para eso, menos de lo que pensáis. Mi gran enemigo, el verano, cada día que pasa está más fuerte, al contrario que yo, que me debilito a cada segundo. Desde mi lecho de muerte, solo podré observar como vais desapareciendo poco a poco, hasta la nada. Se acerca el momento.