✍️ Cuenta la historia de un libro mágico que se escribe solo.
Mi bisabuela Paula era una mujer aficionada a la lectura desde pequeña, tenía la suerte de pertenecer a una familia, que aunque humilde, comprendía la importancia de saber leer y escribir. Su padre quiso que sus hijas tuvieran una mínima preparación y él mismo se la proporcionó, en 1916 nadie daba importancia a las mujeres y mucho menos a su educación.Paula se hizo mayor y su afición a la lectura también creció. Entonces empezó a esconder sus novelas entre la costura que cada vez le cundía menos, solo “meneaba” la aguja cuando se sentaba a la puerta de casa en verano y pasaba algún vecino que la miraba de reojo lanzando un -Con Dios, que calor- y ella tenía el tiempo justo de guardar la novelilla entre las telas y simular que bordaba.Pero un día, terminó una novela y al ir al quiosquillo del pueblo a cambiarla por otra, ya no quedaba ninguna nueva.Mi bisabuela, empezó entonces a imaginar cómo seguiría la trama de haber tenido algunas páginas más. ¡Resultó tremendamente divertido! Podría hacer de cualquier librillo, una historia interminable donde se contaba toda una vida y después otra y otra….Cuando después de meses sacó una de que aquellas novelas que escondía debajo de los manteles sin bordar, notó que pesaba mucho más, la miró asombrada y comprendió que efectivamente su grosor era como el de la biblia que tenía en su mesilla de noche. Lejos de asustarse la ojeó impaciente, su sonrisa se hizo gigante al ver que todo lo que había imaginado estaba allí escrito y aún había páginas sin escribir.Cuando mi madre murió, entre muchos otros, ese libro llegó a mis manos, llevo cinco años leyéndolo y siempre quedan páginas en blanco que se van escribiendo cada día al abrirlo.
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Carolina
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Miembro desde hace 3 años. 2 historias publicadas.