«Noche de San Juan»

Alrededor de su fuego todo acontece. El verano se pronuncia, se hace notar en el ambiente. Muchachos saltan por encima de la hoguera, familias disfrutan de la verbena con música en directo, algunos jóvenes queman sus libros y apuntes dando así por finalizado el curso. Una mujer se dispone a quemar un cuadro y un muchacho amante del arte la persigue para pedírselo antes de que lo tire, pero se queda con las ganas de adquirirlo. Algunos y algunas se pasan con la bebida y acaban en mal estado, tirados en la arena, vomitando. Algunos andan serenos (pocos), otros ebrios, algunos más que otros. Algunos en pareja, otros buscaran con quien ligar esta noche. Un chico se queda sin chanclas por dejarlas demasiado cerca de la candela, la ceniza revolotea en el ambiente, el dueño de un chiringuito se queja porque esta invade su restaurante y un chico le grita que es un aguafiestas. Algunos dejan volar pequeños farolillos por los aires, los fuegos artificiales invaden el resto del cielo, el ruido de las olas pone la banda sonora y algunos se mojan los pies en la orilla, otros no lo harán porque llevan bambas. Los más auténticos tradicionalistas se quedarán en la playa hasta ver amanecer. La costa amanecerá repleta de basuras, plásticos y botellas por todas partes. Los más despistados se dejaran toallas tiradas y algunos pícaros las irán coleccionando por el camino, y con todo esto un año más el verano quedará oficialmente inaugurado.