Quería vivir, sentir, amar, bailar baladas,
pero solo las Moiras tejen el hilo del destino con sus agujas entrelazadas.
En el Olimpo Zeus me dio una caja y dijo: - No pasa nada,
baja en mi nombre…Dale esta ofrenda al pueblo griego.
La avaricia es el don del dios y del hombre…Las hienas no dejan carroña para luego
se creen que por aprender a usar la lumbre…Inventaron el fuego.
Yo fui al grano (dije)
- Porqué bajar con Gea ¿no sería en vano?
Cabreado me dijo: - Que de la semilla podrida de Gea nació el ser humano
una fruta pura pero podrida porque contiene gusanos
y a mi madre Gea que le da de comer, le muerden la mano.
Zeus cabreado me cogió y hacia la tierra me arroja.
Yo caí manchando el suelo, como el sol mancha el cielo en el atardecer de esa manera tan roja
y después de un momento
me encontraron los humanos como regalo como sufrimiento.
La primera mujer en aquella tierra libre e impía,
con la ropa, la piel, el alma sucia pero la conciencia limpia.
Con lujuria me miraba
un hombre, una sonrisa me lanzaba, pero mentía.
De repente
miraba mi caja dorada, vi la codicia en su mirada en sus dientes
negros como las profundidades del mar sus afluentes.
Yo nerviosa respiraba a bocanadas y entre la gente
una mirada diferente
me dijo: - No confíes en su quijada es una serpiente.
Una bofetada directa, me quitó la caja y quedé inconsciente.
Al lado de una hoguera desperté, un hombre con capucha se esconde.Él me salvó de la emboscada, Epimeteo es su nombre.
Vive aquí en un bosque, una casa de argamasa y roble.
Allí el tiempo pasaba sin prisa.
Pasó unas semanas o un mes quizás
hasta que un día su mirada chocó con la mía en una noche con brisa.
Él me abrazo con sus suaves yemas
me dijo que, si creía,
me dijo que, me quería
que soy fuego, pero me abrazó, aunque sabe que quema
y tras nueve meses nació Elpis (esperanza) mi vida y mi condena.
Una noche en la puerta de la cabaña un fuerte toque,
yo miraba asustada y mi mente consiguió el enfoque
le dije a Epimeteo que cogiera a Elpis y fueran al bosque.
Yo insistía
Que cogería unas cosas y lo seguiría.
La puerta se abrió de golpe
hoy las Moiras tejerán mi destino,
me acerque a la puerta para completar mi sino.
El hombre con negros dientes es el que vino
me dijo que mi caja había traído enfermedades, violencia, que venia del hades no del divino.
Yo le conteste que fue él quien la robó como las ratas roban trigo del molino.
El contestó mientes
que solo había una solución, que lo siente,
sacó un cuchillo y me lo clavó en el vientre.
Todo se vuelve oscuridad… de repente.
No era mi caja, su codicia, del humano del dios es la auténtica enfermedad.
De lejos siento como mi hija llora,
lo único que me queda esperar es que mi hija sepa mi historia, mi nombre: Pandora