Noche lúgubre pero brillante.
Madrugada de la calma de mi paz
que permanece presa y florece cuando la oscuridad brilla
y el silencio se hace eco.
Cerveza de mi corazón,
doy un trago, y otro, y otro, y otro y más.
Ya no quiero parar.
Da voz a mi silencio, ya no hay ruido.
O quizás hago demasiado,
pero en mi interior ya no se escucha ruido.
Por fuera formo un alboroto.
Me soportas y me arropas.
Tú recostada en mi pecho,
mis latidos intensos,
tú mi magia, mi ilusión,
pasión turca como el título de la película que vemos.
Acaricio tu pelo,
aquí no hay sexo, pero quizás hay más pasión,
al menos más pura
y en el fondo lo prefiero.
Gracias por acogerme en tu hogar,
por acogerme en tus brazos.
Gracias por sacarme de mi cueva oscura,
por alumbrarme con tu luz.
Me dijiste que nunca dejara de crear,
me pareció precioso y motivador,
como cuando me dijiste de vernos.
Eres poesía visual.
Me dijiste:
"Primero me tienes que conquistar, ¿Qué pensabas que soy una guarra?"
Me quedé confuso y te respondí:
"¿Qué hago para conquistarte? ¿Te escribo poemas?"
Y contestaste:
"¡Pues... sí!"
No estaba muy lúcido en el momento,
aunque comencé a apreciar
como lo que estaba sucediendo en ese instante era pura poesía.
Y que tú,
no solo eras poesía por fuera,
sino que también lo eras por dentro.
Saludos
Los saltos que das en los diferentes ámbitos de la vida me han encantado!
Saludos Insurgentes