Cinco minutos para escribir algo, lo que se sea, lo primero que me venga a la cabeza.
Pero, ¿Qué son cinco minutos de mi vida? Un tiempo que, aunque parezca muy pequeño, puede dar mucho de sí. Pueden ser esos cinco minutos que en un tiempo futuro echarás infinitamente de menos y jamás volverán; como esos cinco minutos que hoy mis hijos, al despertar, han pasado conmigo en la cama. Hacía mucho, demasiado tiempo que no lo hacían, casi ni lo recordaba.
Hoy han vuelto a hacerlo, tumbarse conmigo y fundirnos en abrazos y besos que jamás recuperaremos y que alimentan tanto el alma como para olvidar los malos ratos que, a veces, nos hacen pasar a los padres.
Cinco minutos de amor incondicional que recordaré con dulzura y anhelo porque aunque sólo sea eso, un breve período de tiempo, nunca sabemos cuándo la vida nos dará un duro golpe que nos arrebate el resto de minutos junto a los nuestros.