«Rescate»

Está todo dispuesto para el ritual del solsticio de verano. Velas rojas, flores de loto, cuartillas rojas y azules, una mezcla de pimienta y canela.
El aire está impregnado del olor del incienso. La oscuridad rota por el titilar de las llamas de las velas. Un profundo silencio se ha instalado en la sala.

Sentado en la postura Sukhasana, espalda erguida, se concentra en la respiración. El poder del aquí y el ahora. Presencia plena. Detenerse ante la realidad para cultivar el autocontrol.

Rojo: RESCATE
El final del verano pasado le trajo una nueva ilusión que todo lo ocupaba. Poco a poco, con el paso de los meses se ha convertido en una relación sin etiquetas, una noria de atracción y rechazo; pura y dura dependencia emocional. Y ahora, en el comienzo de este nuevo verano, todo son señales que invitan a soltar lo que le hace daño para seguir sufriendo, sí, pero sufrir en paz. Su sitio no es ahí.

Azul: RESCATE
Un intento más. Solo uno más. Una mirada es suficiente para encender una pequeña luz de esperanza en la más absoluta devastación y quedarse ahí, esperando no sabe bien qué. Aferrado.

Dobla cuidadosamente el papel azul y lo guarda en el bolsillo de la camisa. Se acerca al altar con paso lento. Indeciso, mira el papel rojo, lo acerca a la vela, prende. La mezcla de especias crepita sobre la llama. Siente arder su pecho. Sus intenciones y el corazón se reducen a cenizas.