«Tellus»

Los hombres miraban hacía el inmenso muro que limitaba sus tierras. Nadie lo había traspasado jamás, no había pico que lo rompiese, ni martillo para derribarlo,  aquellos que lo habían intentado habían fracasado, en su mayoría habían perecido en el intento.  Algunos  quedaron heridos y maltrechos.

Pero esta vez, tenían fe. El mago Merlín les dijo que iría a hablar con el muro, intentaría saber porque no les dejaba traspasarlo. Tuvieron que esperar al solsticio de verano para que fuera el día propicio y esa noche, a la hora bruja, Merlín se acercó al muro. Solo.

A diferencia de otras ocasiones no se produjo aire, no cayeron rayos ni piedras y Merlín clavando una rodilla en el suelo le dijo:

Dios del muro, ¿Te puedo preguntar?

A lo que Tellus, la diosa de la tierra encarnada en el muro respondió: "Veo tu alma pura Merlín, tus buenas intenciones, así que puedes preguntar".

Merlín impresionado al reconocer la voz de Tellus dijo: "Oh mi diosa y señora, los hombres necesitamos saber que hay al otro lado, queremos nuevos pastos para paliar el hambre de nuestros hijos, nuevas zonas para cazar. ¿Por qué nos es negado?

Y Tello le respondió: "Merlín mira a tu alrededor" ¿que ves? zonas devastadas, animales muertos y no por necesidad de alimento, aguas sucias por la acción del hombre, tengo que cuidar el planeta no os dejaré pasar para que sigaís con vuestras ansias de saqueo y destrucción.

Merlín, se quedó callado, entendía perfectamente el significado de las palabras de Tello. Solo le dijo "cambiaremos".

Al día siguiente se presentó con un niño, con los ojos muy abiertos, miraba alucinado la altura del muro y con una sonrisa inmensa se acercó a las inmensas moles de piedra, puso sus manitas y lo derribó.

Gracias Arturo murmuró Merlín.