La centenaria librería de la señora Dorothy se había convertido en su refugio, sus viejas estanterías repletas de libros con ese olor tan característico hacían que su mente regresara a la pequeña biblioteca que tenía en su casa donde fue tan feliz compartiendo lecturas con sus padres; tras la muerte de ambos en un accidente de tráfico todo cambió. La llevaron a un orfanato y allí la entregaron a varias familias de acogida pero siempre regresaba marcada por golpes en el cuerpo y el corazón.
Cuando Anne se sentía triste acudía a The magic library, así se llamaba el establecimiento. Dorothy, una adorable señora que rondaba los 70 años, conocía su dolor y por eso dejaba que la niña pasara allí todo el tiempo que quisiera.
Una tarde entró a la librería como caballo desbocado, sus ojos parecían un manantial sin fondo.
-Mañana me entregarán a una nueva familia. No quiero más golpes y humillaciones.
Dorothy no lo pensó, cerró la puerta y apagó todas las luces. Había llegado el momento de poner a salvo a la jovencita.
-No te preocupes, yo lo arreglaré Anne.- Le dijo mientras la llevaba de la mano a la trastienda.
Allí puso frente a ella El libro de los deseos.
-Éste es un libro especial Anne, abre un portal mágico, si lo cruzas podrás viajar al lugar que quieras, allí tendrás la oportunidad de cambiar tu destino. Pero es un viaje de no retorno, así que piensa muy bien si quieres utilizarlo y cómo lo harás.
La niña la miró sonriendo, hacía tiempo que no veía en su mirada esa ilusión y esa tranquilidad. Abrió el libro y tras un torbellino de luces y destellos desapareció.
-Mamá, papá, he pensado que mejor vamos al restaurante dando un largo paseo, hace muy buena noche para disfrutarla juntos.
Me ha encantado, relato cargado de emotividad, enhorabuena.
Saludos Insurgentes