«Todos tenemos un libro»

La librería One Wish lleva siendo el sustento de mi familia desde hace seis generaciones, aportando conocimiento y ayuda a todas las personas que habitan en esta gran ciudad. La librería ha evolucionado a la par que sus gentes, incluyendo más libros y ordenadores con el tiempo, incluso disponemos de una máquina expendedora de bebidas y comestibles. Esta última incorporación habría escandalizado a mi abuelo, sin duda, pero ya conocéis el dicho: 'Renovarse o morir'.

Desde que era niña observé a mis padres desempeñar su trabajo y aprendí que no consistía solo en atender clientes, recolocar y limpiar estantes, buscar libros imposibles de encontrar en otros lugares... No. Eso es sólo la punta del iceberg. Ellos me enseñaron a comprender el lenguaje corporal de las personas, a analizar todos y cada uno de sus gestos, estudiarlas mejor que cualquier examen del instituto.
El día de mi decimoctavo cumpleaños todo cambió. Madre me llevó al sótano de la librería, una zona donde jamás se me permitió entrar, y me entregó una llave de plata acompañada de las siguientes palabras:

-Estás preparada, Mary Anne.

Los libros resguardados en aquel oscuro cuarto, tan similar a unas catacumbas abandonadas, eran algo más que simples páginas amarillentas y cuero desgastado. Esas miles de páginas relataban las vidas de millares de individuos, algunos tan conocidos como las de nuestros vecinos, otros de personas que no había visto nunca.

-Nuestra tarea es custodiarlos, evitar que caigan en malas manos. Nadie debe alterar el futuro que ya está escrito.

Así fue como me convertí en guardiana de los Libros Legendarios. Sin embargo, en pocos años acabaría quebrantando esa única norma. Quise jugar a ser Dios y perdí al amor de mi vida, pero... esa es otra historia que contaré en otra ocasión...

-Bienvenidos a la librería One Wish. ¿En qué puedo ayudarle?