Y eso que nunca entenderé porqué les dio por llamarme rey, si a mí la monarquía me parece un atropello y todo lo que sea pagar impuestos me toca las narices. Con la que lió el Herodes con lo de la Mari... Pero mejor no te adelanto acontecimientos.
Soy un verdadero sinvergüenza, con ciertos poderes que me permiten recorrer el mundo en una sola noche. No preguntes, porque no te responderé, mis poderes son míos aunque esté aquí contigo. El asunto es que cada 5 de enero me junto con el Melchor y el Gasparín, buenos tipos. No sé si los conoces. Nos pillamos unas latas y nos unimos a la orquesta de la Belén, una estrella de la canción, para cumplir con nuestra misión secreta.Este año, nuestra misión era más importante que nunca.
Un chivato de la pasma legionaria nos había avisado de lo de Herodes. Que había perdido la cabeza y andaba detrás de la Mari como un loco. Acusándole de publicar fake news en su cuenta de Twitter para poner en cuestión su reinado en el barrio. El muy cabrón. Al parecer, estaba decidido a hacerle daño. Así pues, nos propusimos proteger a la Mari, a su compañero el Pepe, y al crío. A toda costa.
Preparamos un plan para llevarlos a un lugar seguro, pero no nos sirvió de mucho.
Cuando llegamos al barrio nos encontramos con una escena caótica. Tremenda, terrible, política. Herodes había enviado a sus matones a buscar a la Mari y, en su frenesí, le habían dado matarile a un montón de chavales. Aquello era un cuadro de Goya. Al poco de investigar, supimos que la Mari y el Pepe habían huido con el bebé al cinturón industrial del sur.
Les seguimos el rastro por las vías.
Los encontramos en las ruinas de una fábrica después de unas peripecias que ya te contaré. Se pusieron como locos de contentos, la Mari parecía la Carrá. Sobre todo, cuando empezó a circular la mirra. El caso es que, agradecidos por nuestra ayuda, nos prometieron que se quedarían allí hasta que el peligro pasara.
Así que nos dedicamos a mantenerlos a buen recaudo, llevándoles comida, pañales, noticias y teléfonos con tarjeta desechable para que la Mari siguiera tuiteando, el Pepe trapicheando y el crío, que se llama Chuso, creciendo en la clandestinidad.
Sabemos que hacemos lo correcto protegiendo a la Mari a cualquier precio.
La tía se ha propuesto salvarnos a todos.
En fin, que ahora que ya sabes quién soy, hazme un hueco en la litera de abajo, que tengo vértigos. La verdad es que no se puede decir que echara de menos la trena. Oye, ¿y cuál es tu historia?
Podría pasar perfectamente por Pacto entre caballeros....je, je, je.
Muy bueno compañero!
Saludos Insurgentes
Saludos Insurgentes
Un saludo.
Has regresado a Ludus a lo grande. Cuando vi este supuesto imaginé muchas cosas pero jamás algo así 🤣🤣. Y la forma en que lo has narrado es para quitarse el sombrero y ponerlo para que te lo llenen de billeticos 😉😉