«Una noche...¿de fútbol?»

Nunca me imagine que una simple noche de fútbol junto a unos amigos viendo a nuestro equipo favorito iba a terminar así.
Unas cervezas en nuestro bar favorito rodeados de buen rollo y celebrando cada gol como si se nos fuera la vida en ello, hizo que el alcohol hiciera de las suyas. Al salir a la calle a celebrarlo nos cruzamos con un grupo con camisetas del equipo contrario algo que no supimos manejar así que nos buscamos una discusión sin sentido entre unos y otros. Los puñetazos volaban, las patadas cada vez eran más. Un auténtico desastre.
Yo me echaba las manos a la cabeza, arrepintiéndome de todo lo que estaba viendo y que no entendía, hasta que vi a aquel chaval tirado en el suelo, sangrando por alguna parte de su cuerpo y que  no era capaz de encontrar.
Llame a la ambulancia mientras veía como todos los demás salían corriendo, incluso a los que consideraba mis amigos.
El me apretó la mano, rogándome que no me marchara de su lado y no lo hice a pesar de saber cual serían las consecuencias.
Por suerte, todo quedó en un susto y a mí en una buena multa pero lo único gratificante de todo aquello fue como el chaval, ahora mi amigo, me dio las gracias por no haberle abandonado.
Todo por el fútbol.