Un año más, me encuentro en la playa delante de una hoguera.
Tendría que haberme traído una toalla, mañana tendré arena hasta en los rincones escondidos de mi cuerpo. Pero ese es problema de mañana.
Víctor está al lado del fuego, haciendo el tonto con sus amigos. Al verlo no puedo evitar pensar en estos años, en mi noche favorita del año.
Cuando era pequeña, mi madre no dejaba de mudarse por trabajo y nunca estábamos más de un año en el mismo sitio. Llegamos a la costa hace cuatro años, y fue la primera vez que vi el mar. Al principio me impresionó, no concebía tanta inmensidad... Hasta que llegó la noche de San Juan, y descubrí la magia que albergaba la playa, la magia de las hogueras.
Y se convirtió en mi noche favorita del año. Y quiso la suerte o la casualidad que llegamos y no volvimos a irnos. A cada año, la magia iba aumentando. En la siguiente hoguera conocí a Víctor, amigo de una amiga. Unos ojos y una sonrisa que me hacía sentir de nuevo como una niña tonta. En la siguiente hoguera se me declaró, y en la siguiente, el año pasado, perdimos la virginida, una noche como esta, perdidos entre el humo, la magia y las estrellas.
Veo que se me acerca a mí con una toalla, y le miro con una sonrisa que espero que no sea triste. Él no lo sabe, pero esta es mi última hoguera. El año que viene empezaré la universidad en una ciudad del interior, estoy reuniendo el valor para decírselo.
Se lo diré de madrugada, cuando veamos despuntar el sol por el horizonte.
Pero no esta noche, esta es la noche de la hoguera.
Esta es la noche en la que vivimos el fuego.
Me ha gustado, enhorabuena.
Saludos Insurgentes