«Walking alive...»

-¡Dos meses! Dos meses con sus interminables noches tumbada en el sofá, rezando para que aquella agonía acabara cuanto antes y cuanto más rezaba, más se reproducían aquellos muertos andantes de entrañas colgando. No sé qué prefería si aquellos cenicientos seres de ojos hundidos o los supervivientes, que no podían cargar  con más mierda por centímetro cuadrado. Todavía tengo pesadillas cuando pienso en la grasa del pelo de Daryl. Pensarás que se me han olvidado ya  los polvos que dejamos sin echar porque al ir a la cama, me perseguías por el pasillo  con los brazos estirados, emitiendo aquellos ininteligibles sonidos que me producían terrores nocturnos.

Cuando me enfadaba, siempre me decías lo mismo: -¿Te imaginas que algún día nos encontramos en la misma situación y se produce un apocalipsis zombi? Yo estaré preparado para lo que venga y tú, en cambio, gimotearás como una niña abandonada. Tendré que cargar contigo.

Y resulta que, aquello que a mi me parecía la peor serie de ciencia ficción de la historia, digna de un Golden Raspberry, se ha convertido en realidad y aquí estamos...tú y yo, y tus lágrimas como puños. Dos tediosos meses estuve sufriendo entonces y dos días llevo esperando ahora a que fabriques un kit de supervivencia digno de Macgiver, hagas una caña de pescar, caces un zombi o un búfalo para alimentarnos...Al final tendré que salir yo, ya lo verás con el crucifijo de la cama de mi madre y el rosario de bolas de madera que pesa como un muerto...a ver de dónde saco yo ahora una ristra de ajos.
-Pilar, son zombis, no vampiros. Estos no entienden de semiótica, como mucho de un batazo en la cabeza.
-Ya está la Wikipedia andante. A mí me parece que tú mucho trilirí y poco tralará.