-Lamentamos comunicarles que su madre, Josefa Martínez Ortiz, murió anoche a causa de una insuficiencia respiratoria. Fue rápido y a penas sufrió. Sus últimas palabras fueron hacia su familia: Dígales a mis hijos que los quiero, que no estén tristes porque me marcho con mi mochila rebosando de amor. Que vivan y sean felices, yo seguiré velando por ellos desde el lugar al que mi alma vaya. Les acompañamos en el sentimiento. Esto es lo que dice el telegrama Lorena.
Entonces mi mente quedó paraliza, al igual que mi cuerpo en el sillón donde estaba sentado frente a mi hermana, y viajó lejos, tan lejos que me llevó a la vieja casita del pueblo donde pasábamos los veranos junto a mis abuelos. Volví a entrar a aquella vieja pero acogedora cocina y las vi, allí estaban mi madre y mi abuela preparando la comida, el olor al guiso inundó de nuevo mi olfato y el sabor a caldereta de cordero se instaló en mi lengua como por arte de magia. Estaban dichosas, reían y hablaban sobre lo felices que estaban de compartir un nuevo verano en aquel pueblo mágico.
En ese mismo instante comprendí que, a pesar de la tristeza que sentía por saber que nunca más volvería a disfrutar de ella, debía estar contento porque ella se marchó habiendo tenida una vida plena y llena de momentos felices junto a quienes más quería.