Agradecí tener tantas velas encendidas a lo largo de la habitación, Daniel me había dicho hacía dos minutos que se encontraba ya en mi portal, por lo que ya debía estar llegando a mi planta. Efectivamente, segundos después escuché como alguie…

Cuando llegó la oscuridad ya tenía el cuchillo en la mano.

Me estoy llevando el último trozo de carrilleras en salsa a la boca cuando súbitamente la luz falla. El salón se convierte en un pozo resonante. Los largos y tupido cortinajes contribuyen a ello. La gran habitación es un agujero negro. Sonido…

Suena Joe Cocker en la radio. Quiero sorprenderle…”yes, yes, yes, you can leave your hat on”, ¡eso es!, ¿qué haces vestida? ¡El sombrero! Esto no se lo espera, a ver...me pongo esta batita semitransparente y el sombrero. ¡Uy!, pues suena más…

     Una pluma, un cuaderno y la luz de una vela, eso es todo lo que necesito para escribir mis mejores relatos. Esos que tanto la gente venera y devora con ansiedad. Pocos imaginan que la mayoría están inspirados en la más absoluta oscuridad…

Queda una hora para que llegue y tengo casi listo el ramen. Ella me comentó, cuando nos conocimos en la feria del cómic, que le encantaba. Llevo más de veinticuatro horas cocinando varios de los ingredientes. Estoy a falta de terminar de prep…

Año 3000 después del gran colapso:Ha sido una época dura, oscura, cruel, donde lo peor de la Humanidad volvió a salir a la luz, en una edad sangrienta, donde cada grupo humano de cada pueblo sólo pensó en sobrevivir, devorando de forma sinies…

Como todos los lunes al salir del trabajo, me acercaba al supermercado a comprar lo que necesitaba. Estaba comprando de modo automatizado al igual que conduces.Cuando de repente se apagó todo, no se veía nada. Me sentí ciega, se me agudizaron…

Era un día más de otoño, las hojas de los árboles caían como lluvia cálida sobre el asfalto y me dirigía como a mi lugar de trabajo, papeles, mails, llamadas… Y, de repente, todo dejó de funcionar. Incertidumbre, colapso y el patio se llenó d…

La tenue luz de la vela iluminaba nuestros rostros demacrados. Solo sentíamos el chillar de nuestras tripas. Hacia diez días que estábamos confinados y nos alimentábamos con garbanzos y lentejas de unas latas que quedaban en la despensa. Desd…