El mago blanco y la carta ambiciosa

Sobre el libro

Alguien pide al mago:
—Enséñame el truco…
—Yo creo ilusiones. No las destruyo.

Autor desconocido


París es el telón de fondo de ese microcosmos vital y mortal; un laberinto donde la desesperación afea el glamour y la belleza de la ciudad de las luces. Y de las sombras. También es el escenario de la desinhibición provocadora y de ancestrales mensajes codificados en su catedral y en sus iglesias. Los caballeros templarios galoparon por los campos de batalla, dejando jirones de su paso en los pilares que sostienen sus más emblemáticos y simbólicos templos. El lenguaje oculto en el arte. Los mensajes cifrados a través de la luz de las vidrieras.

Liang Shui es una luchadora. Participa activamente en su vida, toma sus riendas. La cara opuesta a Philibert, un desertor de sí mismo para el que alcohol es la única tabla de salvación. La autodestrucción como mejor final.

La luna y el sol. Liang Shui, el exotismo ajeno al París en estado puro, que la reta para que se integre o abandone. Y Philibert, parisino desarraigado, pintor marginado de la ciudad del Sena.

En torno a estos dos puntales de la novela orbitan un mago albino, inseguro, condicionado por el vínculo fraterno con una hermana que nació «mal acabada»; una joven estudiosa del arte, un inspector de policía, un Pigmalión que proporciona a su pupila conocimientos como la mejor y también la única herramienta para abrirse camino. Madame Marchant, ejemplo de la ausencia de escrúpulos cuando el dinero llama a su puerta. Y otras estrellas que rutilan para componer el cosmos de El mago blanco y la carta ambiciosa. A este universo un asesino en serie, que no se considera tal, trata de ponerle cierto orden.


Piense en una carta. ¿Es el tres de diamantes?... Si no es el tres de diamantes, está equivocado. 

Autor desconocido

Sobre la autora

Paloma Domínguez Quejigo es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid. Hoy trabaja en la Dirección Financiera de una empresa de servicios públicos y ha autopublicado tres novelas. El mago blanco y la carta ambiciosa será el primer libro publicado por un sello editorial.

Por qué apoyar el libro

Porque Liang Shui no vino desde una aldea en la China más remota para acabar como una superviviente anónima.

Porque en Nôtre Dame —en cuya plaza subyace una interesante memoria histórica— se prendió fuego, en una hoguera, al último Gran Maestre de la Orden del Temple, Jacques de Molay. Y cada día este exponente del arte gótico ofrece su lenguaje cifrado, silencioso, que viene atesorando a lo largo de los siglos. Y no estaría bien, nada bien, decepcionar a Nuestra Señora de París.

Porque la alquimia de la vida nos atrapa como un licor adictivo a partir del momento en que damos el primer sorbo y ese enganche es el que nos propone El mago blanco y la carta ambiciosa.

Porque en tu primer o próximo viaje a la ciudad de la luz vas a descubrir las claves que constructores iniciados dejaron estratégicamente camufladas para que lo «goético», lo mágico, te atrape en la red del misterio.

 «La mejor manera de combatir el miedo es ir a por él, se dijo [Liang Shui] cuando la bocanada fría y húmeda del París de Isis, de las vírgenes negras, de la alquimia, roció inquietante su rostro perfecto.

Un cielo gris se abría paso con dificultad entre la verbena lumínica de neones y el alumbrado de la ciudad. Las estrellas serían una realidad, sin duda, pero como tantas otras realidades, poco visibles. A veces el exceso de luz, paradójicamente, nos impide ver».

Y para terminar porque es un proyecto que quiere ser reconocido a través de las pupilas de los curiosos y de sus sentidos. Que nació con esa vocación y tú, casualmente, lo estabas esperando.

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