Las calles de Bilbao ya lo sabían. La afición del Athletic iba a abarrotarlas. Ya había pasado otras veces. Procedentes del San Mamés habían escuchado los gritos de aliento y ovaciones por la primera Liga que consiguió el primer equipo, en su primera temporada, en 2003. La cifra es mítica, 35.000 personas.

No sería la primera vez que lo iban a sentir, sabían que iban a embriagarse de pasión. Así fue cuando esas 10.000 personas se echaron a las calles por esa quinta Liga el pasado junio.

Cuando pensábamos en lo qué debía ser DETACÓN, hubo un momento clave: cuando concluimos que debíamos considerar a todas las mujeres mujer más allá de aquellas que tenían una vinculación directa con este deporte. Con este marco, la figura de la aficionada y de la afición cobró un protagonismo imposible de eludir. 

En el libro 'Fiebre en las gradas', su autor, Nick Horby, explica como el fútbol cambió su relación con su padre:

"un contexto en el que con toda naturalidad podíamos estar juntos. Podíamos conversar cuando nos diera la gana, el fútbol nos daría algo de qué hablar [...]. Fue un decorado maravilloso, que además cambió nuestras vidas cuando más tenían que cambiar, sólo que también fue absolutamente exclusivo: mi padre y mi hermana nunca encontraron en cambio un sitio en el que vivir de veras. Puede que eso ahora ya no ocurra; puede que una niña de nueve años, en la década de los noventa, sienta que tiene el mismo derecho de ir a un partido que nosotros sentimos en su día. Sin embargo, en 1969 y en nuestra localidad, esta idea no tenía una circulación demasiado amplia, y mi hermana tuvo que permanecer en casa, con su madre y sus muñecas". 

En DETACÓN sabemos que hay muchas aficionadas al fútbol que sienten esa pasión. y algunas que sí han construido esa relación con su padre gracias al fútbol. También, que los vínculos que se crean en torno al fútbol van más allá del género de quien anima o de quien juega y que van claramente unidos a esos estados de embriagez propios de las victorias y el consuelo en las derrotas. 

En el Athletic conciben "la afición en general", una misma para los equipos femeninos y masculinos. Y eso nos gusta, así como la fuerza y el compromiso de esta afición y por eso queremos contar su historia y su esencia en #Remontada.

Si hay un nombre de fútbol femenino español que ha logrado introducirse en el imaginario colectivo de la población ha sido el de Verónica Boquete. Ya sucede que hasta quien nada sabe de este deporte responde con un “¡ah!, sí, Vero Boquete” cuando le preguntas si conoce a alguna futbolista.

Capitana de la Selección Española de Fútbol, lleva 6 años jugando en el extranjero, un lugar común para las mujeres que aspiran a dedicarse a este deporte de forma profesional. Marcó en los últimos segundos el gol que clasificó a España para la Eurocopa de Suecia 2013, ganó una Champions League siendo jugadora del FFC Frankfurt y con el Bayern de Múnich se ha convertido en la primera española en ganar la Bundesliga.

Referente del fútbol femenino y consciente de ello, nunca olvida a las que fueron futbolistas antes que ella y a las niñas que vienen jugando con fuerza y determinación por serlo en el futuro.

En esta ocasión no le hemos pedido que nos cuente su historia o nos hable sobre su trayectoria. Creíamos que no había nadie mejor que ella para escribir el prólogo de Remontada, y nos ha dicho que sí. Es un honor para nosotras contar con su colaboración, una vez más. ¡Gracias Vero!

• Prólogo, por Verónica Boquete

• Prohibido jugar al balón

• Quiero ser futbolista

• Fuera (o dentro) de juego

• Viejas glorias

• Esto no le interesa a nadie

• Fútbol y territorio

• Una española en Azerbaiyán

• Madres del fútbol

• Una afición con mayúsculas

Patricia González es entrenadora de las selecciones femeninas Sub19 y Sub21 de Azerbaiyán y responsable del desarrollo del fútbol femenino en ese país.

Cuando alguien le dice que es una valiente por estar en Azerbaiyán, siempre responde que irse a 4.000 kilómetros de distancia para hacer lo que le gusta no la convierte en valiente. 

Patricia empezó a jugar a fútbol con los chicos. Comenzó por el fútbol sala pero el campo se le quedaba pequeño y se pasó a fútbol 11, “era muy rápida”. 

Vinculada al Rayo Vallecano desde sus comienzos, a los 21 una lesión la aparta de los terrenos de juego y fue entonces “cuando decidí que mi carrera profesional fuera la de ser entrenadora”. 

Lleva más de tres años en Bakú al frente de las selecciones femeninas Sub19 y Sub21. También es instructora FIFA y observadora técnica de la UEFA. 

Es imposible contar la historia de Patricia sin hablar de su etapa en Azerbaiyán, por lo que nos espera un viaje a tierras azaríes.