«Amor (*)»

(*) Inicio de la novela... Mientras plantaba la semilla, pensaba cuán jugoso sería el fruto. 

Final I

La rutina y, más tarde, la resignación se instalaron en nuestra casa. Sustituimos la cama de matrimonio por dos individuales, símbolo de "juntos pero no revueltos". Y nos sentamos frente a frente a pasar los últimos años de vida entre silencios, vacío y pesar por el tiempo perdido que no volverá, tantas oportunidades de ser felices que dejamos pasar, las caricias que se quedaron olvidadas en las palmas de las manos y no llegaron a despertar nuestra piel.
Hoy sostengo tu cuerpo y, en el último aliento, me aferro a ti deseando que el abrazo te transmita todo el amor que no he sabido entregarte en vida. Clavas tu dura mirada en mí, bajas los párpados y te vas con los labios fruncidos; mi conciencia, arrasada. Arrojándome tu crueldad hasta el final.

Final II

Veo en tus ojos acuosos pasar toda nuestra vida juntos. Las primaveras bajo la lluvia del norte, veranos al sol en Francia, los otoños con sus colores ocres paseando por la ciudad, inviernos de navidad, manta y sofá. Y de pronto, me asaltan palabras nunca dichas, confesiones de última hora: "te he querido tanto... pero no he sabido quererte bien. Mil vidas que te entregara no serían suficientes para devolverte todo lo que me has dado". Me sorprendo de haber pronunciado estas palabras en voz alta. Clavas tu mirada en mí, bajas los párpados y te vas con una sonrisa en los labios; mi conciencia, sosegada. Regalándome tu amor hasta el final.