«LA HEROICA IDYLLA»

Final 1
Después de cinco días andando por el desierto llegó a su hogar: parecía una ciudad de arena en mitad de las llanuras verdes de Viyenta. Esa desolada imagen la angustió, pues esperaba un tumulto de gente dándole la bienvenida, a ella, la mujer que arriesgó su vida para dar caza al gran dragón celeste de la cordillera angosta. Su caza le llevó una década; y no sólo hizo que su gente perdiera la esperanza en que volviera, sino que, atemorizados cambiaron su preciado hogar por un poblado subterráneo en las entrañas de Viyenta. Pensaron en que el dragón no volvería a cobrarse más vidas si no quedara nadie allí. 
De detrás de unas columnas apareció una sombra que se arrastraba por el suelo lentamente. 
—Llevaba mucho tiempo esperándote entre estas ruinas bella Idylla.
—¿Quién eres tú? ¿Dónde está mi gente? 
—Eso no importa. He venido a matarte.
El dragón celeste era el primero de una larga lista de enemigos de Viyenta.

Final 2
Después de cinco días andando por el desierto llegó a su hogar: la ciudad más colorida y próspera de toda la región de Viyenta. Su heroína llegaba triunfante, aunque exhausta y hambrienta, después de dar caza y muerte a la bestia que los atemorizaban desde hacía décadas. Los aldeanos la colmaron de ofrendas, los niños la vistieron con seda y flores. Todo el mundo era feliz.
De detrás de las columnas de la plaza apareció Eckbert luciendo una sonrisa. 
—He estado esperándote muchas lunas mi bella Idylla. Cada noche subía a la torre más alta y miraba al horizonte buscando que apareceras.
En ese momento todo a su alrededor se paró. Se acercó a él como en un sueño; seductora y jovial. Sus ojos se encontraron y sus labios se fundieron en un beso eterno.