Como cada año, La Feria del Libro más importante de la región, abría sus puertas, y durante tres días, escritores y lectores se verían las caras.
Había puestos para todos los gustos. Novela, ensayo o poesía. Terror, infantil, novela negra o histórica, ciencia ficción o recetas de cocina entre otros muchos. Todo era fiesta y bullicio con largas colas en las firmas de autógrafos.
Durante el viernes que aconteció la primera jornada, todo parecía ir según lo previsto, pero cuando llegó el sábado por la mañana, algunos escritores habían desaparecido. Los organizadores no querían dar la voz de alarma todavía, pero lo peor estaba por llegar.
Los escritores comenzaron a desaparecer uno tras otro. En medio de las firmas de libros, en pleno bullicio de la feria. Simplemente se esfumaban sin dejar rastro, sin nadie saber qué estaba sucediendo ni cómo detenerlo.
Entonces Bea Cox, la emergente y fulgurante autora de literatura juvenil, decidió adentrarse en el enigma que estaba envolviendo a la feria. Intrépida y amante del misterio, se convirtió en la improvisada detective del evento.
Bea comenzó a entrevistar a testigos, revisar las grabaciones de seguridad y estudiar minuciosamente los horarios y actividades de cada uno. Pero aparentemente no encontró pistas o patrones claros que pudieran ayudarla.
Pero Bea notó algo extraño. En las grabaciones, siempre había una figura sombría al fondo de la escena momentos antes de cualquier desaparición. Era una silueta oscura, prácticamente imperceptible entre la multitud, que parecía observar atentamente cada firma de libro.
Aquella misma tarde, Bea siguió a la sombra por el intrincado de la feria hasta alcanzarla en un rincón apartado de todo el mundo.
Bajo la capucha de aquella sudadera negra, se encontraba César Max. Un autor frustrado que no acababa de encontrar su hueco en el mundo literario. Se sentía eclipsado y olvidado por todos.
Movido por esa envidia, había planeado hacer desaparecer a los escritores. Los llevaba a un lugar secreto y los encerraba para quitarse a la competencia de enmedio… Si sólo quedaba él, todo el éxito sería suyo.
Bea, con sus dotes para la psicología, lo disuadió de seguir con aquel peligrosísimo plan.
Al saberse la verdad, los escritores fueron liberados y César rindió cuentas por sus actos, y la feria pudo continuar con cierta normalidad, no sin cierto resquemor.
Beatriz se convirtió en la heroína del evento y recibió el empujón definitivo que su carrera necesitaba. Se ganó el reconocimiento y respeto de la industria editorial.
César, condenado a prisión, reflexionó y escribió un libro sobre las oscuras motivaciones que le llevaron hasta allí, así como su camino hacia la redención y la comprensión de sus errores.
Su libro fue publicado tras su liberación con ayuda de Bea Cox, siendo un éxito rotundo.
La obra de César fue aclamada por la crítica y se convirtió en un fenómeno literario, atrayendo la atención de lectores de todo el mundo que encontraron inspiración y reflexión en sus palabras.
César Max se convirtió en un autor reconocido y respetado.
Y por el camino estaba Bea, que fue su conciencia.
Magnífico relato Noelia!
Saludos Insurgentes