«Carmen y Hugo»

Carmen dejó hasta el más mínimo detalle organizado para la entrega de premios y el subsiguiente catering. Subió al coche con su hijo de siete años, al que había recogido de tenis hacía un rato.

—Vale —repasó mentalmente contando con los dedos antes de arrancar—. Está todo.

Puso el disco de Rozalén que tanto le gustaba y se dispuso a llevar a Hugo a casa de sus yayos. A mitad de camino sonó el manos libres.

—Dime —contestó a la llamada.

—¡Carmen! ¡Falta una medalla de oro Carmen! ¡Nos han robado Carmen!

—No puede ser… pero… cómo… yo las dejé en la vitrina. ¿Has mirado bien?

—Sí, Carmen he mirado por todo… ¡Ay…! ¡Qué vamos a hacer!

—Mamá... —dijo Hugo desde el asiento de atrás.

—¡Ahora no Hugo! Vale Juli voy para allá —dijo apresurada— iba a dejar al crío en casa de sus abuelos pero nada, me lo traigo de vuelta.

—Vamos a salir en las noticias Carmen ¡Qué bochorno!

—Oye mamá... —repitió Hugo

—¡Luego me dices Hugo por favor! —dijo girando un momento la cabeza hacia el pequeño— Sí Juli, llama a la policía y pide las cintas de las cámaras de seguridad. En menos de diez minutos estoy allí.

Cambió de sentido y pisando bien el acelerador llegó al recinto. Bajaron del coche. Hugo volteaba algo brillante sujetado por un cordón enredándolo a su brazo.

—¡Hugo por Dios! ¿¡Qué llevas ahí!? —gritó Carmen al verlo.