Querido diario:
Creo que es lunes o al menos esa es la sensación que tengo; por la temperatura que hace podríamos estar en verano, aunque con toda la ceniza cubriendo las calles parece invierno; no sé en qué año estamos, es difícil saberlo a estas alturas.
Recuerdo leer aquel artículo: “Los científicos de la Universidad de California hacen saltar la alarma al descubrir un cambio en el balance de calor interno de la Tierra”. Esa fecha sí la recuerdo, 26 de mayo de 2025, justo después de declararse superada la pandemia mundial que tuvo al mundo en vilo varios años, ¿te acuerdas? Parecía que todo volvería a su lugar, qué ciegos estábamos.
Noticias de última hora: “El mundo se queda a oscuras”, “Quiebra el 50% de empresas energéticas a nivel mundial”, “Aumento de ráfagas solares del 5%”, “Un mes más sin cosechas”.
Al principio no le dábamos importancia, era solo esa noticia que se repite en todos los telediarios y se comenta en el bar después del trabajo con una cerveza en la mano o al llegar a casa para cenar cuando la conversación escasea.
“Siempre lo mismo y al final no pasa nada, como aquel asteroide destructor del 2022 o el fin del mundo de 2012 y aquí seguimos”.
Me gustaría volver atrás, a tus primeras páginas dónde te contaba de quién estaba enamorada o de lo enfadada que estaba porqué mi hermana me había quitado mi camiseta favorita. Pero estoy aquí, escondida de personas que ya no son personas, de esos rayos de sol que antes bronceaban mi piel y ahora evaporan océanos enteros.
No me queda nada, la última luz se consume y quedaré a oscuras, no creo que te vuelva a ver.
Supongo que esto es un adiós, gracias por todo.