«Deseos de Navidad»

Dicen que los deseos de Navidad se cumplen, que pidas lo que pidas en esas fechas tan especiales, se cumplirá si lo deseas lo suficiente. 

Odiaba la Navidad.

Me traía recuerdos dolorosos de mis abuelos. Mi abuela Olga amaba la Navidad, siempre decoraba todo meticulosamente y preparaba cenas y comidas deliciosas. Mi abuelo Ángel se comía la bandeja de turrones incluso antes de las fiestas y cantaba villancicos.

Desgraciadamente murieron hace apenas cinco años, primero mi abuelo y después mi abuela. 

La noticia me dolió muchísimo y no supe llevarla bien. Me la pasaba reprochándome no haberme despedido como era debido y no haber pasado el tiempo suficiente con ellos. 

Hasta que empecé a aborrecer la Navidad. Las luces me mareaban, la nieve me transmitía soledad y los regalos ya no me ilusionaban. Solo me encerraba en mi habitación, esperando que esos días pasaran rápido.

El año pasado, mis padres me obligaron a ir a cenar con ellos. Mi sorpresa llegó cuando comprendí que era en casa de mis abuelos, ya que mi tío se fue a vivir allí.

Volver a entrar, sin notar su presencia me vació por dentro.

Agradecí que no hubiera luces, guirnaldas, ni bandeja de turrones.

La cena pasó en silencio, pero me extrañé al escuchar el sonido de una campanita. Con cuidado, me levanté y avancé hacia el salón. Al entrar y verlos allí, mis ojos se llenaros de lágrimas inconscientemente.

—Estáis aquí...

—Vinimos a despedirnos.— mi abuelo me sonrió.

—No me gusta como tenéis mi casa.— replicó mi abuela enfadada.—No hay espíritu navideño.

—Vosotros eráis la Navidad...— susurré triste.

—Siempre que sea Navidad estaremos aquí contigo, aunque no nos veas, recuerda que fue tu deseo.

—Te queremos cariño, hasta las próximas navidades.— se despidió mi abuelo.

Al instante, ellos desaparecieron y desde ese día volví a creer en la Navidad. 

Y recuerda que los deseos de Navidad siempre se cumplen.