Nunca había conocido una mujer más estrafalaria y sumamente ordenada al tiempo. No creerías la colección de sombreros con pluma que tiene, guardados con gran esmero y pulcritud.
Esos y sus zapatos, a cuál más llamativo... y más grande... No me atrevo a preguntarle qué pie gasta, me da apuro ver lo que le cuesta manejarlos una vez puestos.
Viene todas las mañanas a la tienda a por fruta y verdura, salvo los jueves, jamás le vi comprar otra cosa. Ella misma elije cada pieza con esmero, se toma el tiempo que haga falta. Va tachando en su lista cada cosa que coge.. aunque en realidad creo que siempre lleva el mismo papel, porque su compra no cambia nada, da lo mismo el día del año.
Dice que trabaja desde su casa, que tiene negocios importantes en el extranjero que atiende por teléfono. Todos sabemos que no es verdad, que heredó una ingente fortuna de su padre, y que le da vergüenza reconocer que no necesita trabajar para vivir, porque en el barrio es la única. Pero jamás nadie le cuestiona, porque Pitu, lo que sí hace, es que se cuida de que a ningún vecino le falte de nada. Y es el alma del vecindario con sus meriendas de los viernes, no falla ni uno: llena la plaza de farolillos y nos invita a todos a bizcocho con chocolate caliente, aunque sea verano "que al final se toma igual de bien".
Y no hay una semana que no termine con los guantes para llenos de manchas, pidiendo a Luisito que le supla en el reparto. Qué manía tiene de no comprarse unos de su talla , si sabe que cada vez que se los pone lo va tirando todo.
Con frescura y atrevido.
Lleno de sentimiento.
👏👏
Saludos Insurgentes