«Ir pa na es tontería»

-Por fin un descanso. Hartitos estamos ya de esa manía tuya de leerle el mismo cuento a tu hija todas las noches. 
-Yo no tengo la culpa. Es ella la que me pide que siempre le lea el mismo. 
-Pues tienes al narrador con la garganta hecha trizas  y nosotros hasta los huevos de buscar rubíes en la mina todos los días, ni los domingos nos dejas descansar. Todo el día a  pico y pala. ¿De verdad no tienes otra historia más moderna que contarle? Digo yo que en tu época habrá escritores de cuentos un poco más adaptados al siglo XIX. 
-Disculpa ¿Qué estoy haciendo en este bosque tan pintoresco?
-Esta noche te has metido tanto en el papel, que después de repetir 20 veces aijó, aijó, Gruñón ha decidido que ya estaba bien con la cancioncita y te ha traído para explicarte unas cositas.
-No me puedo creer que seas el enano Tontín. ¡¡¡Me encantas!!!
-Tontín, tu abuela. Soy el más espabilado de todos. Si no fuera por mi, esos idiotas habrían enterrado a la Blanqui y adiós cuento hace tres noches.
-¿Ya llegó el príncipe?
-Todavía no, pero ahora ya sabemos quien es la tontina de tu familia. ¡Virgin Mary!
-Quiero conocerle. Me sentaré aquí al lado de la urna o mejor, allí detrás de un arbusto para no asustarle. Lo pienso grabar todo para subirlo a Insta.
-Estoy empezando a pensar que la que mordió la manzana fuiste tú y no la tonta esta que se deja convencer por el primer vendedor a domicilio que llama a su puerta.
-Como comprenderás no he venido hasta aquí pa na. Tengo que contárselo todo a mi hija con pelos y señales. 
-Deja de engañar a la niña. A ver, repite conmigo guapa: "Los cuentos de princesas no existen".