«La belleza del hielo»

Mientras toco el piano la nieve cae copiosamente, los copos se balancean ingravidos en  el aire de esta tarde gris, hoy  la pieza elegida es  Intermezzo  de Manuel M  Ponce, a lo lejos veo el Empire State simbolo de New York, llevo mas de veinte años viviendo en esta populosa ciudad donde a veces  me siento perdido por su inmensidad.
Extraño siempre mi Caribe donde nací y me veo en la inmensa terraza de mi casa frente al mar en Macuto cuando abuelita al atardecer interpretaba al piano el vals crisantemo de Lecuona recordando sus años de la Habana. El cielo se teñia de una gama crómatica imposible de explicar, apareciendo una gama de amarillos, naranjas, rosas malvas, hasta que un violeta intenso parecía caer de bruces sobre la línea imaginaria del horizonte y todo el firmamento se poblaba de estrellas.
Aquí en New York los inviernos aqui son muy frios y es cuando aparecen aquellas imágenes caribeñas que me hacen olvidar por unos instantes esta estación.
En esas látitudes de la zona torrida ecuatorial no existen estaciones definas como en el Norte y casi siempre existe una temperatura constante y todo esta muy verde y las palmeras se cimbrean con la brisa. El invierno se hace largo y tedioso pero encierra esa belleza del hielo, cuando la magia del frió hace que las nubes descarguen los alveos copos convirtiendo el paisaje en un mundo de azucar.
Disfruto mis paseos por central Park observando las filigranas que hace el hielo sobre los árboles y arbustos; bajo una enorme nevada me desplazo lento sintiendo la caricia de los copos.
Ahora tomo un chocolate caliente que impregna la casa de un aroma exquisito y me quedo en silencio observando desde mi ventana el paisaje nevado.