Libertad, tan solo es una palabra, una palabra que significa demasiado. Para muchos es un regalo con el que han nacido, para otros es un bien preciado por el que han tenido que luchar toda su vida. Los primeros luchan para conservarla, oprimiendo a los segundos. Los segundos luchan para conseguir ese bien tan preciado, mucho mas que el oro.
¡Como si no fuera un derecho del que todos deberíamos disfrutar!
Después de tantos años de lucha, de tantos derechos conseguidos, me encuentro aquí de nuevo, en el punto de partida. De repente todo lo conseguido se ha esfumado, como llevado por el viento. Aquellos que se creyeron con el derecho de aplastar a su prójimo e imponer su forma de vida, han ganado.
Pero no importa que ellos hayan ganado, que ahora sean mayoría. La razón de la mayoría, no implica el silencio de la minoría. No me quedaré aquí sentado, lamentándome de mi desgracia, saldré a luchar junto a todos, que, como yo, creen en la justicia y anhelan la libertad perdida, aquella que una vez tuvimos y ahora nos han arrebatado.
¿Quién les concedió el derecho a decidir sobre la vida de los demás?
Ahora, nuestra vida no vale nada, tan solo el valor que ellos quieran darla, un falso movimiento y estaremos muertos. Sin derecho a opinar, a decidir, sin derecho a vivir.
Si, por supuesto que lucharé.
¡Mas vale morir, que vivir como ellos quieren que lo haga!

