«Paternidad por sorpresa»

Todos los bares acababan de cerrar después de una noche de partido. Los jóvenes se habían ido a continuar con la fiesta al descampado de las afueras del barrio tras la victoria de su equipo. En una pequeña farmacia un auxiliar estaba fregando tras atender a un cliente que había vomitado cuando pasó por delante una chica joven con la bufanda de su equipo en la mano. A simple vista se la veía bebida y, cuando se paró frente al chico y le miró fijamente, éste le preguntó qué quería. La chica le besó y le metió en la farmacia tirándole sobre el mostrador. El chico la apartó de golpe y ella le soltó que quería tener un hijo. Tenía novio, pero vivía lejos y cuando llegase se le habría bajado la emoción de la victoria y no tendría ganas de acostarse con él. Le dijo que ya había pasado por tres farmacias y que solo él le había parecido atractivo para acostarse con él. El chico llevaba varias horas de guardia y no supo cómo reaccionar ante esa situación. Pero cuando la chica le arrancó la bata y le vio los músculos de los brazos, no le dejó decir nada más. Le desnudó entero, le tiró al suelo y solo le hicieron falta veinte minutos para que, a la semana siguiente, volviera a la farmacia para decirle que estaba embarazada. Aunque ella no había buscado nada serio aquella noche de fiesta, el chico había pensado en esos siete días que quizá esa manera tan extraña de conocerse sería una gran historia que contarle a su hijo. A ella también le pareció una gran idea el no dejar pasar la oportunidad de empezar una historia juntos.