«Querido diario»

Querido diario 
Hoy me he levantado extraña, nunca me he sentido así. Mi mama no está. Aunque se que aún soy pequeña me siento que he crecido muy rápido. He tenido que dejar mis muñecas guardadas en el armario prometiéndolas que algún día volveré a tenerla entre mis manos, volveré a peinarlas con su cepillo rosa y a ponerle su vestido azul pero ahora no.
Tengo que enfrentar esto, todos a mi alrededor están destrozados intentando asimilar que mi mamá ya no está y que nunca volveremos a verla, esto es así. Ahora me toca ser mayor, siempre lo he querido, no estoy preparada. Mi hermano me necesita lo tengo que hacer y por mi padre que esta mañana aún no ha sido capaz de levantarse.
Tengo q enseñarle que tiene que seguir jugando con sus camiones, aunque mamá no esté le está mirando desde el cielo orgullosa por lo rápido que ha crecido y que me diría: “ tesoro, abróchale bien los zapatos a tu hermano”.
Han venido mis amigas a buscarme por si quería salir a jugar pero le he tenido que explicar que no podía que ahora las cosas iban a ser diferentes: tengo que cambiar la pelota con la que solemos jugar por un cepillo porque mi padre me necesita, necesita que me haga cargo de la casa, de mi hermano, de él... ellas tenían mil preguntas que hacerme pero tenían miedo de que no quisiera hablar. Sin más he tenido que cerrar la puerta y despedirme de ellas con una sonrisa y guardando mis ganas de llorar, porque no puedo.
Soy una niña de 11 años que ha tenido que crecer. Ahora estoy aquí en mi habitación después de acostar en su cama a mi hermano, dandome cuenta de que ya soy una mujer con cuerpo de niña.
Te amo mamá.