«Señor González»

El Señor González era conocido por ser un docente recto, con una trayectoria impecable, pero era más reconocido por su frialdad a la hora de tratar con el alumnado; cada vez que entraba en el aula, se formaba un silencio sepulcral, nadie se atrevía a hacer el más ínfimo comentario...

Un fatídico día, mi padre tuvo un trágico accidente de coche... Murió en el acto...
Cuando recibí la noticia, me encontraba en su clase; a pesar del temor que infundía aquel profesor en mí, no pude evitar romper a llorar.
Mis compañeros, ajenos a lo sucedido, comenzaron a mofarse de mí...
Entonces, el Señor González, dio un fuerte golpe en la pizarra, y mandó a todos a dirección... A todos, excepto a mí.
- "Usted se queda conmigo..." -Me cogió con suavidad del hombro.- "Dígame... ¿Qué ocurre?" -Su tono demostraba preocupación.
- "No quiero importunarle con mis cosas..." -Evité responder, por miedo.
- "Soy consciente de que infundo respeto, pero, quiero que sepa que, si necesita desahogarse... Puede venir a mi despacho..." -Se ofreció.
- "Mi padre ha muerto." -Sin saber cómo, las palabras brotaron de mi boca.
- "Oh... Lo siento mucho..." -Tragó saliva.- "Sé lo que es perder a un ser querido..."
- "¿Usted también perdió a su padre?" -Pregunté sin pensar.
- "Perdí a mi hijo..." -Un nudo se formó en su garganta.- "Fui demasiado permisivo con él, y... Una noche... Se estrelló con el coche..." -Luchaba por retener las lágrimas.- "Por eso soy tan duro con ustedes..."

En ese momento, comprendí que, a su manera, el Señor González, sólo quería protegernos, y que, en cierto modo, quería protegernos...
Tras aquella máscara de frialdad y rectitud, se encontraba una pesada carga que, tal vez, nadie en el centro concía, salvo yo...