«Viejo, solo y olvidado»

Un poco de pan con queso, medio vasito de vino y un yogurt: mi menú de Nochebuena.
Solo. Solo como un perro. Asi se cumplen tres años que me encerraron aqui. Tres navidades solito. Yo, que me deslomé por los cuatro, que trabajé como un burro y nunca faltó de nada. Sus ropas, sus estudios, sus caprichos...Para verme como me veo: viejo, solo y olvidado.
Dos varones y dos hembras tuvimos. ¡Y a los cuatro quiero igual!.
No hago más que mirar esta foto en la que salimos todos. ¡Cuánto los echo de menos! Hay noches que me duermo mirándola y sueño que han venido a verme. Pero no van a venir.
Mi Paquito es el mayor. Le jode que se lo digan, pero es clavadito a mí. Las hechuras, los andares, hasta esa manía mia de morderme el pellejito de las mejillas por dentro. Luego van mis dos mellizas. Una no quiso estudiar: La Sole. Se colocó en Mercadona. Vive sola, esta soltera, es moderna, independiente...tu sabes... La Trini estudió derecho y abrió un bufete con su marido. Tan iguales y tan distintas. Y luego mi chico, el Manolito, que jugaba a la pelota que daba gusto verlo. Se lo quisieron llevar a probarlo en el Madrid, pero dejó preñá a la novia muy joven y claro, ya se colocó y se olvidó del futbol. Le tuvimos que ayudar. Le avalé para lo del piso, le compré todas las cositas de la niña...pero ya estas viendo tú, ni agradecío ni pagao. Ni tengo hijos, ni tengo nietos. Artrosis na más que tengo y otra Navidad encerrao en esta cárcel de mierda.
Todo por culpa de la madre. Que me lo merezco, dicen. Yo mis motivos tenia. La maté, si. ¡La maté porque era mía!