«Tan cerca y a la vez tan lejos»

Ya teníamos fecha para nuestra primera cita. Después de meses esperando este momento.
 Pero esto me ponía aún más nerviosa. ¿Serías tal y como había imaginado? ¿Podría darte todo lo que necesitabas? No podía pensar en otra cosa. Cuando iba a trabajar, mientras cocinaba, en la ducha. Solo podía pensar en ti, en la primera vez que nos veríamos cara a cara. ¿Cómo actuaría? ¿Qué sería lo primero que haría?
Tenía que tomármelo con más calma, aún faltaban varios meses para que llegase ese momento. Decidí comprarme ropa nueva, apropiada para la ocasión. También, con mucha ilusión, compré algunas cosas para ti. Y al fin llegó el día de nuestra cita.
Con más ilusión que nervios, aunque con un poco de miedo, me preparé para nuestro encuentro. Esa noche apenas había podido dormir pensando que al día siguiente ya podría estar contigo.
Me dirigí al lugar donde mi sueño se haría realidad. Al llegar, una amable señora me indicó donde debía dirigirme. Me senté y esperé pacientemente. Pero en un determinado momento todo se aceleró. Personas y utensilios pasaban frente a mí pero apenas podía ver realmente lo que hacían.
Finalmente estabas frente a mí. Te besé por primera vez, percibiendo el característico olor a bebé que desprenden los recién nacidos como tú.