«The bra burners»

7 Septiembre, 1968, Malecón de Atlantic City

Cientos de mujeres recorren las calles cargando pancartas reivindicativas. No entiendo muy bien qué estoy haciendo aquí. Lo último que recuerdo es que estaba en mi casa, tumbada en el sofá junto a la chimenea. Estaba totalmente absorta leyendo un artículo en internet mientras disfrutaba de un Gin-tonic, que por cierto aun sostengo en la mano. Una mujer se me acerca levantando enérgicamente un cartón en el que puedo leer: -"Woman power". Nunca debería haber dejado de estudiar inglés. No entiendo ni eso. Lamentable.
-¡Cógelo, mujer!
-¿Por qué nos estamos manifestando?-Grito para que me pueda escuchar.
-Porque no somos ganado. Luchamos por el fin de los concursos de belleza.
-Y ¿Qué están tirando en ese cubo? -Le señalo un bidón metálico en el que todas y cada una de las mujeres que me rodean van depositando algo. Observo como tiran maquillaje, zapatos de tacón preciosos y carísimos, una olla a presión, rulos, revistas...
-Tienes que desprenderte de todo aquello que te oprima, que te moleste como mujer. ¡Libérate!- La miro y me miro. Estoy aturdida. No sé muy bien de qué me está hablando. Me da un codazo y en ese momento me quito lo único que me está apretando de verdad en ese momento: El sujetador de la muerte. Lo llamo así porque hace una semana se le salió la varilla y me está destrozando las costillas. El resto me miran sorprendidas y de repente se echan a reír. Al ver sus caras de satisfacción, me vengo arriba. Saco mi Zippo y grito:- ¡Prendamos fuego a los opresores!
-¡Loca, no hagas eso! Está prohibido prender fuego. Puede ser peligroso. -Levanto el mechero.
-No te atreverás...
-Sujétame el cubata.

8 de septiembre

The Washington Post: "...varias mujeres quemaron públicamente sus sostenes".