Inspirado en el poema "Hallazgo" de Carmen Conde.
Los continentes, los mares y los océanos se quedarán pequeños a tu vuelta,
porque mi piel será tu único destino.
Forjaremos algo envidiado por los dioses,
que tronará en el cielo dando sentido
y puertas a toda la pasión existente.
Desbordaremos lo inadecuado,
lo adecuado y todo lo que queramos desbordar,
solo con nuestro amor bastará.
Marinero que un día zarpó teniéndose que marchar,
dejando en tierra un corazón que latía por su existir.
Marinero que zarpó sin saber cuándo llegará,
pero aquí existe una dama que lo esperará.
La geografía acomete la distancia entre los dos a kilómetros inmensos,
pero los pensamientos están latentes, intensos
y parecen estar el uno junto al otro, sin realmente poder tocarse.
Marinero que vive horrores,
que en cada puerto tiene una cara
y una historia distinta.
Dama que aguarda la marea con su brujería
para que él esté a salvo y no naufrague jamás.
Marinero que surca los mares,
dama que sonríe a la luna para
que esté la vea reflejada en ella,
provocando que la extrañe aún más.
Marinero que solo piensa en su sirena
y dama que ríe a rabiar
para que el viento lleve la melodía de su risa
hasta su cubierta y más allá.
Marinero cautivado cuentas los días para llegar,
dama enamorada esperándolo está.
Marinero al que lo esperan,
dama a la que extrañar,
te estoy hablando de un amor veraz.
Que nunca puede ser pero que es y será,
es aquel amor que no se apaga ante ninguna tempestad.
Cuando marinero y dama se encuentren en uno se fundirán,
recogiendo los intereses de la espera
en besos, caricias, sudor y risas.
Marinero que llegará
y con él el río Nilo estallará.
Dama que lo amará,
este o se marche para la eternidad.
Y lo que no sabía el marinero es que ya conquistó continente antes de zarpar
porque el corazón de la dama, tierra sagrada siempre será.
Saludos Insurgentes