«Un Beso que lo Dice Todo»

Quiero decirte tantas cosas aún, pero no encuentro las palabras; porque no quiero que te enfades, no quiero que lo interpretes de otra forma, y callo.
Quiero verte reír, quiero que me digas que no es así cómo debo hacer las cosas, quiero que me cuentes tus historias, y callo.
Quiero darte un beso que diga todo, ¿existe? Creo que no, y por eso sigo buscando las palabras adecuadas para tí.
Me siento extraña, me he tenido que transformar, me he colocado una máscara para intentar no sentir pero cuando estoy sola, cae y quiero darte ese beso que nunca encontró su momento, que nunca lo va a encontrar, y que te diga absolutamente todo de mí.
A veces siento pena por mí, por ser incapaz de expresar con palabras, por eso callo y pierdo el tiempo esperando que entiendas mi silencio, y me doy cuenta que te perdí.
¡¡No quiero seguir pensando más en esto!! No te dí ese beso porque nunca hubo un segundo para hacerlo, porque había cosas, charlas, personas que requerían nuestra atención, nuestro tiempo. Así lo decidimos, y así lo hicimos.
Ahora ya no debo mortificarme por no haberlo hecho, por no decirte tantas cosas que aún te quiero decir, por no estar.
Me pongo a recoger, miro alrededor, no veo nada de tí y sin embargo, pienso en tí todavía. No como antes, es más difuso en el tiempo, pero duele igual que aquel día. Menos mal que solo es un instante del día de hoy.
Igual que has aparecido, te vas, te llevas el dolor y queda una sensación de vacío que me toca llenar con una distracción: una película, un paseo, un libro, una charla con una amiga... Esas cosas me llenan, o eso creo, al menos, me ayudan a alejarte de mí en los momentos en que mi mente insiste en traerte de nuevo para hacerme sufrir.
¿Y ese beso que lo dice todo? ¿Por qué sigue aquí en mi pensamiento? ¡¡No existe!! Y si existe, yo nunca te lo daré. ¿Por qué? ¿En serio me hago esta pregunta que ya tiene respuesta? Estoy divagando, es mejor no dejar a la mente hacer estas cosas porque te volverá loca. Mejor intentar distraerse, mucho mejor.