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melfolktale

«Una Ravenclaw y su diario mágico»

499 palabras
4 minutos
8 lecturas
Tu personaje es un alumno de una escuela de magia.... algo diferente. Imagina la vida y los problemas de esta escuela.

Todo el mundo conoce a los Ravenclaw por ser personas inteligentes, místicas o curiosas. Sin embargo, también podrán ser personas reservadas, calladas e introvertidas. Guardándose palabras y pensamientos para que nadie más pueda ser testigo de ellos. 

Puede parecer que ello les da poder, arrogancia o que se sienten superiores a los demás. Sin embargo, a veces luchan con no querer dar su opinión con una voz demasiado alta porque, al fin y al cabo, nada es nunca cierto o incierto del todo. Todo lo que vive, vive en suspensión y relatividad hasta que alguien se levanta a defenderlo. Todo tiene un mundo más allá que a veces no todos podemos ver. 

Algunos Ravenclaw a veces creen en sí mismos y en sus palabras, por mucho que lo intenten. Muchas veces necesitan ese coraje extra, ya sea una vanidad o bajo el retrato de una máscara. 

A veces son perseguidos por los demonios fatuos de sus propias inseguridades porque sienten que nunca acertarán del todo el acertijo o que nunca nadarán lo suficiente en las profundidades del océano para conocer las respuestas correctas de las preguntas ya consagradas en los libros más antiguos del universo.

Hubo una vez una Ravenclaw que utilizó artilugios mágicos para poder vencer a la esfinge, desenterrarse y liberarse. Ponerse de pie. Defenderse. Ella había perdido todo su poder.. Se había olvidado de las melodías de medianoche que alimentaban su creatividad… Y no sabía cómo recordar. 

¿Había sido siempre así? ¿Qué la hacía especial? No lo podía recordar. Había tantos sabios, conjuros que no lograba entender, conversaciones que no lograba descifrar. 

¿Qué la hacía diferente? ¿Qué la hacía especial?

Fue entonces cuando encontró en la biblioteca el diario mágico propio de la casa de Ravenclaw. 

Delante del diario mágico empieza uno a ver toda su vida por delante, en retrospectiva. 

Y así estuvo la joven Ravenclaw, escribiendo, durante muchos días seguidos. 

Oh, la escritura, el arte mágico más infravalorado, pero más valorado por ellos. 

Sentenciando en palabras silenciosas, abriendo y cerrando puertas con sigilo.

Con la banda sonora de la música sin letra que acompaña la palabra escrita.

Paralizante, hipnotizante, que bloquea los sentidos y no puedes ver ni cómo transcurre el día.

Delirante, sofocante y liberador.

Guardó el diario cuando el sol la requería,

Y con la luna volvió hacia él.

Hasta que hubo llenado sus páginas, incluso hasta el último renglón.

Hasta que volvió a ser ella misma y reconocerse.

Hasta que estuvo segura respondiendo el acertijo, aunque la respuesta no fuera la correcta.

Hasta que pudo por fin ver desde el globo aerostático todos los senderos que había tomado,

y todos los que le quedaban por tomar.

Erguida, confundiendo el miedo con emoción, abriéndose camino a través de cualquier tormenta, guardó la reliquia mágica en la antigua biblioteca, que volvió a esperar a que lo encontraran otra vez. 

El diario borró las palabras que había escrito la joven Ravenclaw, que memorizó, en silencio, sin volver a hablar de ello al mismo tiempo. 

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melfolktale
Miembro desde hace 1 año.

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elinsurgentecalleja
21 abr, 02:05 h
Relato muy descriptivo y lleno de pundonor.
Bravísima la protagonista!!
Saludos Insurgentes
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