«Yo tenía examen, pero...»

Javi y yo abandonamos la biblioteca a las ocho de la tarde. Domingo 22 de junio de 2008 y al día siguiente tocaba examen de Historia Contemporánea. Hueso total. El plan era descansar en mi piso, cenar algo, ver el partido y volver a dar un repaso en el aulario. Pero ya sabéis con los planes, nunca salen como esperas.
Olía como siempre, cuartos contra Italia en la Eurocopa de 2008, palmamos seguro. Los pasos de la tragedia se fueron cumpliendo; control del juego sin goles y prórroga. En la prórroga más de lo mismo y penaltis. Se cumple paso a paso el ritual de jugar como nunca y perder como siempre y nos preparamos para tragarnos el disgusto y volver a por el último repaso, pero ojo que se la para Casillas a Di Natale y Fabregas marca. Saltos en el salón, gritos, abrazos.
_¿Habrá que tomarse algo para celebrarlo?
_Claro, pero sólo una, que hay que estudiar.
_Claro claro...
Fundido a negro.
Me salpica agua en la cara, la última hora y media está borrosa, tengo frío, pero es lógico, estoy metido hasta la cintura en la fuente de la Redonda de Murcia, salto, salpico, chillo, abrazo a gente desconocida...
Fundido a negro.
Estoy en un bar, no sé cómo he llegado allí pero allí estoy, Javi trae otra botella de algo, "¿Ribeiro?, ¿de dónde ha sacado eso?" pero da igual, nos la empinamos como las anteriores mientras en la tele repiten el partido.
Fundido a negro.
Me duele la espalda y la perspectiva es extraña, Javi me arrastra por la calle, mi novia, que está hecha una hidra nos abre la puerta, empapados, sucios y borrachos como cubas, pero oye, ¡hemos pasado a semifinales!.
 ¿El examen? Pues el caso es que aprobé, dos años después, claro.