Miradas rocosas

Entre miles y miles de fotografías de montaña y barrancos seleccionar algunas pocas no es tarea fácil, seguramente si cualquiera se pone a escogerlas elegiría otras. En esta recopilación trato de plasmar ese momento que estoy viviendo y que en muchas ocasiones, es mágico, para poder recordarlo y compartirlo junto con mi gente. Mi intención ha sido fotografiar parajes increíbles de los que somos simples espectadores y que merecen ser compartidos y disfrutados. 

En determinadas instantáneas veremos como la erosión, el agua y el paso de los años han ido moldeando la roca de maneras realmente fantásticas; en otras, los juegos de luces parecen salidos de un cuento de hadas. En definitiva, mi intención es la de concienciar al lector sobre la importancia de la naturaleza, sin duda, la mejor obra de arte de este planeta. Es a ella, la verdadera protagonista de mi obra, a la que debemos cuidar, mimar y fotografiar para que personas que no puedan disfrutar de estas maravillas en vivo, las puedan ver, al menos, reflejadas en los libros.

Iñigo Hervías Domingo-Aldama tiene 35 años y es agente inmobiliario, aunque sus verdaderas pasiones son la fotografía y la aventura. «Adicto a las emociones fuertes», como él mismo reconoce, es una persona inquieta fascinada por la práctica de deportes como el alpinismo o el barranquismo, que le ponen en contacto directo con la naturaleza. A este fotógrafo le atrae la sensación de ser libre y de hacer actividades en las que se sienta realmente bien y sin las preocupaciones cotidianas.

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