Yo también tengo miedo

Cuando este libro llega a tus manos, no puedes parar de leer. Tienes entre tus manos un texto y unas ilustraciones que tratan la salud mental de una forma muy directa, muy clara y muy reconocible, donde se plasma lo jodido y necesario que es ir a terapia, que te destruye y ayuda a vivir a partes casi iguales y que hay luz (o colores) al final del túnel. Fran Ferriz en estado puro, tanto por el texto como por las ilustraciones. Aborda la salud mental de una forma directa y natural, explicando de un modo sencillo algo que no es nada fácil. Además el libro es una maravilla por los tipos de letra, los colores, las ilustraciones... que te hacen sumergir en la historia y disfrutarla más aún. Ser mecenas tiene su recompensa y en este caso no sólo ha sido la versión pistacho de un libro magenta. Ha sido mucho más, es mucho más. Y no voy a decir mucho más porque no quiero hacer spoiler.Lo leerás más de una vez y lo regalarás muchas más. Al menos a mí me ha pasado. Yo también tengo miedo, es más, tengo mucho miedo.

Leer Yo también tengo miedo fue una experiencia fascinante.Estamos inmersos en este mundo moderno en donde hay exceso de trabajo, falta de sueño, exceso de estrés y cortisol. Nos come el mundo, nos come el tiempo. Fran muestra una sociedad moderna de una manera muy concisa este relato, un poco autobiográfico, un poco ficción, en donde entrelaza ambas realidades, la paralela y la real.Me parece fascinante cómo el libro cuenta una historia de amor desde el amor no romántico. Esta manera no romantizada de amor se manifiesta en este libro a través de la sinceridad de los protagonistas de mostrarse tal cual son, con sus defectos, cualidades, vicios y manías, es como decir “esto es lo que soy”, desnudarse ante el otro es un ejercicio de mucha valentía y amor propio, fundamental para la construcción de relaciones sanas.Esta historia sucede en un contexto en donde el protagonista está aceptando sus miedos, afrontándolos, comprendiéndolos y amalgamándolos en su ser, en lugar de fragmentarse como un Harry Haller, en el Lobo Estepario de Herman Hesse, lo que hace es unirlo para no romper ese espejo en mil pedazos.El estilo literario de Fran me parece fresco y moderno. Me parece estar leyendo un Henry Miller moderno, o a un Chuck Palahniuk español, su sentido del humor, su manera desenfadada y a veces brutalmente honesta de expresarse me evocan a estos dos escritores estadounidenses.Su forma de ver el mundo y criticarlo, me recuerda a su colega, ilustrador, diseñador y humorista gráfico ecuatoriano, Alberto Montt. Es sátiro, es cínico y es verdaderamente cómico, pero también todo eso en algún momento se puede tornar tierno, de alguna manera. Por ahí también hay algunas pinceladas de un Quino, criticando a la sociedad.Leer las obras de Fran es leer una parte de él, con sus complejidades. Esa manera de hilar la ficción con la realidad lo hace sumamente interesante.Leerlo ha sido fascinante, de principio a fin. Gracias Fran, por compartir con nosotros esto, gracias por abrirte a la sociedad y por poner este tema de salud mental sobre la mesa, porque hace mucha falta abordarlo y es importante seguirlo abordando.Este libro nos bota estereotipos acerca de las personas que tienen problemas de salud mental, nos viene a demostrar que hay mucha ignorancia sobre el tema, aun siendo una sociedad moderna, hay muchas preconcepciones que debemos botar, hay muchas barreras y limitaciones que las personas tenemos acerca del tema de salud mental. Nosotros también tenemos miedo de afrontarnos a nuestras propias sombras.

Me parece una obra de arte. Tanto por el contenido como por la presentación. Hay que hacer un esfuerzo real para no leerlo en un día porque engancha desde la primera letra. Es una novela descarada y que trata el tema de la salud mental de una manera diferente. He quedado encantada con la novela y quedo esperando los futuros proyectos.

Conozco el trabajo del autor desde hace muchos años. Con sus ilustraciones he sentido de todo, desde dulzura cuando nos muestra ilustraciones más kukis, hasta el dolor en aquellas que son más oscuras. En yo también tengo miedo nos ha dado un viaje en toda la cara con esta historia. De puertas para afuera Dante puede parecer un hombre chulo, sin sentimientos cuando hace daño al resto, pero ver el dolor que tiene dentro te parte el alma. Y lo cuento como si fuese una persona real porque esto es lo que nos ha hecho Fran. Nos ha metido tan dentro de la historia que solo te queda empatía por él. Solo quieres que cambie todo y acabe bien. Y vaya final, por cierto. Me dejó huérfana.Esto es respecto a la historia en sí, pero como soy diseñadora e ilustradora, también me fijo en el libro como un trabajo. Había visto la portada mil y una veces pero al verlo por dentro me enamoró. Se nota que el es del gremio porque ha cuidado cada puñetero detalle del libro. Y eso me encanta, para que lo voy a negar. Y las ilustraciones son de 10. Ya solamente viendo las imágenes puedes entender la historia. La evolución del personaje. Yo solo pido una cosa, que ojalá haya segunda parte o sino, que no pare de escribir y de sacar libros ^_^Esto es un gracias por todo, Fran.

El título ya te da una pista de lo que vas a descubrir antes de abrir el libro pero nunca te esperas que vaya a ser tan impactante, tanto a nivel visual como a nivel narrativo.Quienes seguimos en redes a Fran Ferriz sabemos que sus ilustraciones son siempre increíbles y nunca te dejan indiferente. Se nota la pasión con las que las hace, el mimo que le pone a los detalles, su estilo que es inconfundible y la capacidad que tiene para transmitir de una forma muy directa. No iba a ser diferente en este libro... Las ilustraciones son una parte importante de la trama porque te ayudan a introducirte más en la historia, te dan una visión más personal de lo que estás leyendo. El tema principal del libro es la salud mental del protagonista. Fran ha conseguido que se entienda los conflictos internos de Dante, conforme vas leyendo sientes su miedo, su culpa, su angustia,... consigue que a ratos le odies y a ratos te identifiques con él. Los diálogos son una parte muy importante del desarrollo de la historia. Con ellos vamos conociendo de una forma muy natural y cercana, lo que piensa y siente cada personaje. Están escritos con diferentes tipografías dependiendo del personaje, para mí ha sido un acierto. El narrador aporta el humor necesario en los momentos más duros que no son pocos. Recomiendo su lectura, seas o no fan del autor. Tratar un tema tan delicado de una forma tan personal y tan sincera, ser capaz de enfrentarte a tus miedos y querer cambiar es algo que deberíamos de hacer todos porque ¿quién no ha tenido o tiene miedo? 

Si tuviera que definir el libro en pocas palabras, diría "montaña rusa de emociones". Un libro que invita a darle una gran importancia a la salud mental, para entender porqué actuamos como lo hacemos en diversos momentos de nuestra vida. Un manuscrito cargado de dolor, pero también de amor. De miedo, pero también de esperanza. De adicciones, pero también de entendimiento y superación. Las ilustraciones demuestran una vez más, que Fran es un maestro plasmando estados de ánimo en sus dibujos, así como en las letras. Un artista de los diálogos entre los personajes y sobre todo, con uno mismo. No deja indiferente. Te puedes sentir muy identificado en algunas partes de la historia y acompañado en otras. Sin dejar de lado el toque de humor y un grito a la esperanza. A encontrar lo que tal vez, todos vayamos buscando...después de las sombras. 

Una novela ilustrada sobre salud mental con los siguientes puntos clave que forman la trama psicológica que mueve al protagonista: el miedo a volverse loco y a cruzar la raya entre la locura y la cordura que nos cuenta, muestra y dibuja ya desde el capítulo cero; el dolor que provoca a otras personas y que es lo que le aleja de la realidad y el que se infringe así mismo y que es lo que le vuelve a traer de vuelta; el riesgo y el peligro, conductas propias de una de sus sombras, como leitmotiv y esencia que le ayuda a seguir (lo que significa que no hay que cambiar, hay que redirigirse); lo real y la verdad como hoja de ruta y brújula con cuatro nortes; el castigo y la culpa como mochila llena de piedras; y, por último, el perdón, que no es tanto el que él tiene que pedir como el que él tiene que concederse a sí mismo.Una novela que no te puedes perder, sobre todo si te hablas mal; de una manera con la que nunca te dirigirías a otra persona. O si has vivido ese momento en que piensas: "Hostias, necesito ayuda". Que no estás sola, que somos muchas. Con culpa, con pena, con vergüenza. Y con miedo, joder, con mucho miedo.