En una habitación por la que apenas entra la luz se escucha la que para Sergio es la banda sonora de su vida.
Aunque tú no lo sepas
Me he inventado tu nombre
Me drogué con promesas
Y he dormido en los coches…
Ha sido su noche más dura desde que Antonella murió en aquel accidente en el que un conductor kamikaze se cruzó en su camino. Ella fue un halo de esperanza para Sergio, le hizo ver la luz más allá de las drogas, lo acompañó en sus peores momentos y nunca le soltó la mano. Cuando ella murió tan solo encontró consuelo en la heroína porque ese era, para él, el único camino que le hacía evadirse de todo el dolor y la rabia que llevaba dentro.
La mañana del 17 de noviembre de 1999 el hombre que ponía voz a esa bella canción fue encontrado muerto en un portal del barrio de Malasaña a causa de una sobredosis.
Sergio, esa misma noche, había estado jugando con su vida, al igual que Enrique Urquijo, y por su cabeza pasó inyectarse más cantidad de la que su cuerpo podría soportar pero el miedo le impedía hacerlo.
Esa mañana del 17 de noviembre de 1999 cuando ese chico, sin poder soportar el dolor que su alma arrastraba, se enteró de la muerte de quien en tanta estima tenía encontró otro motivo más para hacerlo y se olvidó del miedo; subió el sonido de la cadena de música, se pinchó la cantidad suficiente de heroína para dejarse ir y se tumbó en la cama, cerró los ojos y escuchó por última vez...
Y al llegar la mañana
No me di ni cuenta
De que ya nunca estabas
Mensaje contundente del psychobuster, amiga Patricia. Me ha gustado el relato althought,
All right!
El gran Enrique Urquijo encarnado en el protagonista.
Los Secretos for ever!
Lágrimas brotan por el Madrid más castizo!
Enhorabuena Patricia!
Saludos Insurgentes.