😍 Cuenta la historia de un amor nacido a través de Facebook
- ¿Qué delicia nos preparará hoy el chef?Jorge extendió un puñado de harina sobre el mármol mientras sonreía, cómplice, a su madre. Ana se acomodó la barriga con gesto de cansancio y le dejó amasar la pizza a su ritmo.Debía aprender a ser paciente. Las pequeñas querían ver mundo, pero aún tendrían que esperar unas semanas más.De fondo se escuchaba la ducha tardía de Santiago. Trabajaba mucho para conseguir un pequeño sobresueldo. Pronto serían familia numerosa, el dinero les haría falta. Todos agradecían ese sacrificio.El móvil no paraba de sonar. De vez en cuando, el chico lanzaba una mirada furtiva a la pantalla. El brillo de sus ojos le delataba. También, el gesto nervioso con el que deslizaba las notificaciones para leer, aunque solo fuera un segundo, lo que había al otro lado.- Venga, dime. ¿Cómo se llama?- ¿De qué hablas? Calla, mamá – dijo él entre risas.Ana se sentía muy orgullosa de la persona en la que se estaba convirtiendo su pequeño. Le hacía feliz verle crecer, emocionarse. La luz en su mirada, con todo lo que contaba (y lo que no).El olfato indicó que la cena estaba lista. Mientras preparaban los platos el teléfono de Jorge se iluminó. Su rostro delataba una urgencia que no se podía resistir.- Anda, ve a coger la llamada.Agradecido, el chico salió hacia su habitación. Ana se levantó con dificultad y cortó las raciones. Esta vez sonó el móvil de Santiago. Podría ser importante, así que decidió mirar.Era una notificación de Facebook. Le escribía una tal Cristina89. “Te necesito. Fóllame, más, siempre. Escápate conmigo”.Ana ahogó un gemido lastimoso. Inmersa en una oleada de dolor, una punzada intensa entre el pubis y las lumbares pareció partirle en dos.No había duda. Eran contracciones.