- Está científicamente comprobado que la música puede ejercer un cierto control sobre la mente humana. Modela los sentimientos a su gusto, puede hacer bailar, saltar de felicidad, que te quieras comer el mundo, así como llorar de tristeza, aterroriza, crear misterio o sumergir en la más inmensa melancolía a todo aquel que la escucha - dijo el Doctor Nergoll observando con firmeza al resto del equipo. Todos lo miraban silenciosos esperando una respuesta como carroñeros. Michael, entre aquellos otros cinco hombres ,de repente, se sintió extraño.
- Nuestro cerebro libera dopamina generando una sensación de placer en las personas y redirigiendo parte de su atención hacia ella. Los hace pensar menos y los distrae con una recompensa en forma de placer. Que desgracia para ellos pero qué suerte para nosotros porque ¿Sabéis lo que eso significa?
- Podremos controlarlos mentalmente como a muñecos sin que ni si quiera se enteren y sin esfuerzo, ellos solos lo harán buscando el placer auditivo - dijo Miss Provkan.
- Pero, ¿Cuál es el límite de este control?¿Hasta donde podremos llegar? Os preguntaréis - continuo Nergoll. - Bien, explícales Michael.
- He compuesto está canción- dijo en un hilo de voz. - Se llama "Charlie McCarthy".
-¿Una referencia al muñeco ventrílocuo?- preguntó alguien.
- Efectivamente, esta canción sido diseñada por nuestro recién incorporado. Hemos combinado todos los elementos musicales a nuestro favor en ella para conseguir el control mental casi completo. Tenemos un gran poder en nuestras manos- continuó el Doctor al ver que el joven Michael dudaba.
Dos meses más tarde la canción fue presentada al mundo con un gran éxito. Era todo un himno, la cantaban en los colegios, en las redes, incluso en un festival con aforo de 40000 personas, todos respondían al unísono mientras la canción penetraba en sus cerebros haciéndose con ellos para siempre.
Saludos Insurgentes.