«Arrullos que despiertan»

En Dunia los nativos nacen y mueren esclavos, pero hasta hace no tanto eran pueblos libres.

El imperio galáctico llegó al sistema de la estrella Etwal hace tres generaciones. De los cinco planetas que orbitan Etwal, encontraron vida sólo en Dunia, pero lo que realmente buscaban eran yacimientos de litio. Al encontrarlos, sometieron a los pueblos que allí vivían.

La pequeña Eka, aún no sabe dormirse y Nurmala inventa arrullos, uno en especial lleno de esperanza:

{Duerme duerme dunina, que se vienen tiempos de estar atentos
Duerme duerme dunina, los ratones se cansaron del queso
Van a cavar buscando la Luz del día, van a gritar con fuerza esta melodía
Duerme duerme dunina, que un secreto ya recorre la mina
Duerme duerme dunina, los ratones sacarán golondrinas}

Al otro lado de la pared, un abuelo mece dos cunas, y agudiza el oído para escuchar la canción. La melodía sencilla y la letra desafiante dibujan una sonrisa en el rostro del hombre, que ahora también la canta a sus nietos.

El arrullo viaja rápidamente, por las ventanas abiertas, en los bancos de plaza, entre las puertas de las escuelas, en las tiendas de pañales. Siempre como un susurro suave, se canta sin apuro y se graba en el corazón del mañana.

Tímidamente empieza a cantarse en las escuelas. Los oficiales imperiales no prestan atención a las canciones infantiles en Duniano, y los niños más grandes la aprenden. La chispa se esparce.

Aparecen pintadas de ratones por la ciudad, los adultos se miran de reojo mientras los jóvenes los increpan. Esos jóvenes que pronto irán a las minas a trabajar, armados de canciones y pinceles, cuestionan desde la intimidad de su hogar al imperio galáctico. Los adultos empiezan a hablar: “si no se organizan, serán incendiarios”. Pero, sobre todo, quieren acompañarlos. La llama está encendida.