Marla Lotti

«Con el placer en los talones»

720 palabras
6 minutos
84 lecturas
Reto creativo «Escribir es invitar»
😵 Imagina la aventura personal de un o una novelista que pierde la noción entre la realidad y la ficción.

Son las seis de la mañana Tatiana acaba de regresar del club de prácticas de BDSM al que tanto le gusta acudir. A las doce tiene una reunión con los de la editorial. Debe presentar su última novela “Con el placer en los talones”. Se sienta frente al ordenador dando una lectura rápida a algunas páginas, aún sigue enfundada en su vestido de cuero negro, bajo él esconde un conjunto de encaje rojo y observa sus muñecas aún enrojecidas por la sesión de shibari a la que se ha dejado someter y sonríe para ella misma. La protagonista de su novela “Estela” es una habilidosa maestra en las artes amatorias y ella ha querido experimentar el mayor placer para poder reflejarlo entre sus líneas. En el club la conocen como “Estela Rinaldi” el nombre del personaje principal de su novela. Cuando empezó a escribirla se inició en el mundo del BDSM, una amateur versátil que se prestaba a probar cualquier nueva experiencia y así andaba como su personaje Estela, “Con el placer en los talones”. Empezó a vestir más sexi que de costumbre. Se sentía poderosa bajo el amparo del personaje que había creado para su última historia. ¿Pero era tan sólo un personaje de ficción o Tatiana Dimitri refutada y reconocida escritora se había convertido en “Estela Rinaldi” maestra en las artes amatorias?

Miró la hora y ya era las diez, apagó el ordenador, se deshizo de su ropa, se dio una ducha y se preparó un café bien cargado. Lo necesitaría para estar despejada en la reunión. Se vistió con un traje blanco de chaqueta y pantalón, bajo el que escondía un bodi negro de satén y encaje y sus stiletto de Louis Vuitton calzando sus pies, lo cual le hacía sentir poderosa. Escribir esta novela le había llevado casi dos años. En la editorial confiaban en ella y eran muy flexibles con sus plazos de entrega. Contar con Tatiana Dimitri entre sus escritores estrella era sinónimo de éxito, prestigio y ganancias. Traducida a siete idiomas y vendida en más de 50 países eran una garantía que bien se merecía poder tomarse ciertas licencias.

Tatiana se presentó puntual en la sala de reuniones y junto a ella un aura de dominación y control que embriagó a todos los presentes. Aunque iba maquillada su cansancio era perceptible y Paolo de marketing bromeó sobre ello, a lo que Tatiana respondió con un palmetazo sobre la mesa y manifestando que estaba a su hora en el lugar que debía estar, no como él que había llegado con media hora de retraso.

En su mente la situación se desarrollaba como una escena más de su novela, Estela lanzaba un latigazo cerca de Paolo, quien permanecía amordazado y esposado a la silla y ella se aproximaba hasta él y con un flogger le azotaba sobre los hombros como castigo. La reunión comenzó, Tatiana había dado un cambio drástico dejando atrás el romanticismo que predominaba en sus novelas.

Algunos estaban sorprendidos, ella respondía a sus preguntas curiosas, su editora estaba al tanto de ese cambio y estaba de acuerdo con aquella nueva línea de actuación que había tomado, sería una apuesta arriesgada pero quien no arriesga no gana. Tatiana estaba empezando a acusar el cansancio de su trasnochada, se puso en pie, caminó alrededor de los presentes deslizando su mano por el respaldo de sus sillones, a Paolo le acarició el cabello y empujó su cabeza sutilmente pero con cierto matiz de desprecio hacia delante. Todos la observaban, ella controlaba la reunión, tenía las riendas. Volvió a tomar asiento y sentenció:

-Si no hay más preguntas ni objeciones, daré por concluida esta sesión, más adelante decidiremos las directrices que consideréis pertinentes-.

Se levantó y abandonó la sala de reuniones seguida unos segundos después por Carla, su amiga y editora. Cuando ésta estaba por llegar a al ascensor Carla gritó:

-¡Estela!-. Y ella se volvió para mirar quién la había llamado.

-¿Si?-. Carla se detuvo frente a ella estupefacta. Tatiana esbozó una sonrisa y trató de resolver la situación.

-Querrás decir Tatiana-

-Lo sabía Tatiana…tú eres Estela o Estela es tú. Tú eres Tatiana Dimitri que no se te olvide-

-Seré quien quiera ser, Tatiana o Estela. Mientras mis libros se vendan y os haga ganar dinero-.

Se metió en el ascensor y desapareció.

Marla Lotti
Miembro desde hace 2 años.
10 historias publicadas.

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Ki
Kilrya_kmc
03 sept, 23:37 h
Muy buen relato!
Ojalá ser Tatiana y tomar las riendas para ser quién quiera ser sin dejar de ser yo 👏👏👏
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