“ Esto no me puede estar pasando…”
Así empezaba mi libro, no estaba pasando un buen momento cuando lo escribí. Es difícil desnudar los sentimientos a otras personas, pero el folio blanco no te juzga ni te rechaza, al contrario, recibe gustoso todo lo que quieras verter en él.
No lo he vuelto a leer, siento algo de vergüenza de lo que conté, pero inexplicablemente fue un éxito de ventas. Quizás porque ayudaba a otras personas a no cometer mis errores o quizás debido a ese morbo que todos tenemos al escarbar en las miserias de los demás. Quien sabe...
El libro empezaba cuando mi vida se interrumpió. Aquel accidente que no tenía que haber ocurrido pero ocurrió, me convirtió en una persona cruel, mezquina y destructiva. Necesitaba vengarme y la única manera, era hacer sufrir a los que me querían, tanto, como sufría yo.
Todavía no me explico cómo pude ensañarme tan encarnizadamente con mi madre, esa persona que daría la vida por mi cada minuto de su existencia. Yo era consciente de como se le apagaba la luz de su mirada y aún así, cada día le imploraba que me matara.
De manera ruin y rastrera conseguí que la persona con la que tantos planes de futuro había tejido, huyera de mi como del diablo. No se si él habrá leído el libro, pero no debe ser fácil ver plasmadas todas las humillaciones que soportó por amor, aunque mi mente enferma pensara que era por pena.
Ahora me gustaría que el libro tuviera segunda parte. Se que no puedo borrar lo que ocurrió, pero me gustaría que la silla que me ata al suelo, me dejara volar libre de rencor, pero tengo que empezar por perdonar al que conduciendo aquella noche borracho, me rompió.
Saludos
Desgarrador.
Tiene gran dude.
Saludos Insurgentes