―¿Recuerdas la historia de Marcela y Elisa de la que hablamos el otro día?
Alrededor de 1890 en la ciudad de Coruña, dos mujeres acababan de formarse en la Escuela Normal de Maestras. Ambas, de posiciones acomodadas, se habían hecho muy amigas mientras estudiaban. Sin embargo, la madre de Marcela, temerosa de que esa relación tan “afectiva” fuera a más, fue enviada a Madrid a terminar los estudios.
De regreso, ya en su destino como maestra titulada en un pueblo de la provincia, mantuvieron el contacto, hasta el traslado de Elisa a un pueblo cercano, como interina. La primera con casa en propiedad, era visitada por la segunda recorriendo, grandes kilómetros a pie.
Llegaron a ser vigiladas y marcadas, pues su amistad, era poco comprendida por la sociedad. Su alianza llegó a terrenos insospechados, dignos de una novela victoriana. Con el tiempo, y las ideas muy claras sobre que hacer, Elisa decidió abandonar la convivencia para volver siendo Mario, un primo de Elisa. Un guion muy minucioso donde lograrían su objetivo: el matrimonio. El sacerdote cayó en el pequeño embuste, pero más tarde, tratando de enmendar su cargo de conciencia, anuló la unión.
En aquella época, 1901, llegó a conocerse como "el matrimonio sin hombre", siendo portada de la prensa local y nacional, en la que una foto, la de José Sellier sellaba la prueba a tan valiente hazaña. Ni que decir tiene que fueron perseguidas, y en Portugal, su siguiente destino, una vez más, fueron derrotadas; a pesar de no poder ejercer la enseñanza. Sus datos se pierden en Argentina a donde viajaron vía o Porto, en 1902.
― Ahora que serás docente , me gustaría que nos dieses tu opinión sobre este tema. La semana que viene hablamos y… ¡gracias por visitar a tus viejas maestras!.


Me ha encantado, enhorabuena.
Saludos Insurgentes