Se debatía mucho entre si hacerlo o no, pero siempre supo que esa canción tenía algo especial. Después de darle una última vuelta al asunto, decidió que sí, que iba a estrenarla en su programa de la mañana, ante los más de 200.000 oyentes que lo iban a escuchar; probablemente más, porque la expectación por el programa de ese sábado era mayúsucula. Era consciente de que no era una canción más, de que iba a suscitar mucha polémica, de que nada iba a seguir igual. Pero decidió confiar.
Y la estrenó. La canción incluía numerosos ataques al gobierno, insultos, vocabulario obsceno y un sinfín de cosas más. Pero era demasiado pegadiza, tanto que desde la misma mañana del estreno había multitud de videos en redes sociales de fans cantándola y haciendo coreografías de la misma. Al verlos, suspiró aliviado, al menos tenía público de su parte.
¿En contra? Miles de personas a través de esas mismas redes sociales exigían la cancelación del programa y la dimisión del presentador, ya que consideraban una vergüenza lo que acababan de escuchar, y amenazaban con actuar si finalmente no cesaba la emisión del programa.
Fran Sánchez, que así se llamaba el presentador, tuvo que hacer hasta una rueda de prensa el lunes siguiente, para responder al gran número de críticas que había recibido. Debido al revuelo, esta se emitió en los principales canales de televisión, siendo líder de audiencia.
Han pasado tres años desde ese momento, y su programa sigue en emisión cada semana, y con más audiencia que nunca. A veces, las decisiones más arriesgadas traen las mejores recompensas.
Enhorabuena.
Saludos Insurgentes.