«Del otro lado...»

"Mis ojos intentan comprender el horror. En segundos trato de creer que lo que observo a través del ventanal vidriado de mi oficina, es mentira, es una pesadilla que explota en mi mente luego de oír la explosión cercana y divisar, allá a lo lejos y al mismo tiempo, un sol que palidece, el humo negro que parece querer cubrirlo todo y cristales que estallan frente a mí obligándome a tirarme al suelo. El mismo miedo que me inunda me da fuerzas para seguir creyendo que quizás salve mi vida cerrando los ojos y pidiendo al Dios de mi religión que me ayude a sobrevivir.
Ese Dios, de pronto, es también el tuyo, el que te obliga por la fe, a matar y a morir. Ese Dios bueno para tí y peligroso para mí, incomprensiblemente, piadoso según tu credo con aquellos que creen en él. ¿Y los que nó? Matamos y vemos morir a los inocentes en nombre de un cielo eterno, que sigue siendo negro, asfixiante, aterrador. ¿Creerás en mi Dios y serás redimido por el miedo, ante los soldados de mi Ejército, ocurrirá lo mismo con el tuyo si muero o quedo tullido por tus bombas? Veinte años después sigo preguntándome lo mismo...y doy gracias a Dios por poder hacerlo. Al que sea."